Una investigación realizada por científicos holandeses reveló que el riesgo de contraer neumonía aumenta entre 20% y 55% para las personas que viven cerca de granjas de cabras.
La creciente preocupación de los expertos por el aumento del número de casos de esta enfermedad en humanos que se encuentran en lugares cercanos a los establecimientos de estos animales establece la posibilidad de que el aumento se deba a una enfermedad zoonótica no identificada.
De acuerdo a los estudios realizados sobre el tema, el riesgo de contraer neumonía aumenta entre un 20% y un 55% para las personas que viven cerca de granjas de cabras. Cuanto más cerca de las granjas estén los humanos, mayor es el riesgo de contraer la enfermedad respiratoria.
El experto en riesgo de enfermedades zoonóticas, Dick Heederik, comunicó los resultados del análisis en una investigación publicada por The Guardian. “El análisis indica que el mayor riesgo se observa en un radio de 1 a 1,5 km”, explicó Heederik.
los ancetecedentes
Hace aproximadamente 13 años atrás, los granjeros habían reportado otra enfermedad en el ganado, gracias a los cuales empezaron a notar una tasa ligeramente mayor de abortos espontáneos en las cabras de las granjas lecheras al sur del país.
“Enviamos las muestras a la autoridad veterinaria. Nueve de cada 10 resultados no mostraron explicación. Solo tal vez toxoplasmosis de gatos. No teníamos gatos “, expresó Jannette Van de Ven, una granjera que tiene un rebaño de alrededor de 1700 cabras lecheras en NoordBradant.
Paralelamente, otros granjeros comunicaron reportes de esta situación, que se unieron al de Van de Ven. Tras los resultados, se confirmó un brote de “fiebre Q”: una infección respiratoria que afecta particularmente al ganado, como cabras, ovejas, reces, etc, y que se encuentra en la placenta, el líquido amniótico, la orina, las heces y la leche.
La enfermedad se convirtió en una pesadilla para los Países Bajos después de que miles de personas también se infectaron durante el brote , que duró de 2007 a 2010. Aproximadamente la mitad de los humanos infectados desarrollaron complicaciones tales como insuficiencia cardíaca y dejó un saldo de 95 muertos.
Como resultado, el gobierno holandés sacrificó a más de 50.000 cabras lecheras en 55 granjas en un esfuerzo por detener la propagación de la enfermedad.
el brote actual
Actualmente, el nuevo brote de neumonía pone en alerta tanto a los criadores de cabras como a los científicos holandeses.
Los efectos en los humanos son variados. Algunas personas permanecen asintomáticos mientras que otras desarrollan fiebre, escalofríos, fatiga y dolor muscular.
Luego de la fiebre Q, la industria lechera en Holanda creció rápidamente aunque sus secuelas aumentaron las tensiones en torno a las amenazas de enfermedades zoonóticas, especialmente en el sur del país, donde se concentran el mayor número de granjas de cabras y por lo tanto las tasas de infección fueron mayores.
Cuando se contuvo el brote de fiebre Q en 2010, se habían reportado más de 4.000 casos humanos y se estimaba que 50.000 personas habían sido infectadas, dice Johanna Van der Giessen, microbióloga veterinaria y especialista en enfermedades zoonóticas del Instituto Nacional Holandés de Salud Pública y Medio Ambiente.
A pesar de la nueva amenaza de enfermedad, los científicos advierten que la evidencia aún no es lo suficientemente fuerte como para señalar un “vínculo claro entre el tamaño de la granja y la incidencia de enfermedades alrededor de esas granjas”.
La microbióloga concluyó: “Podría ser que desde el brote de fiebre Q las personas que viven cerca de granjas de cabras sean más rápidas en acudir al médico. Ahora estamos buscando una causa y dado que no hay fiebre Q y no hay tanta evidencia de que esté relacionada con las partículas finas de polvo, nuestra hipótesis es que podría tratarse de una nueva enfermedad zoonótica, pero realmente no lo sabemos”.