-¿Cómo ven desde Acsoja el año que se viene?
-Tenemos un nuevo récord de siembra, y por otra parte la industria amplió su capacidad de molienda a 140.000 toneladas diarias, por lo que va a requerir mayor oferta y entonces se necesita que crezcan los rendimientos por hectárea. La Argentina lidera la exportación de aceite y harina de soja y se ve un crecimiento en la demanda mundial de ambos productos. Nos encuentra en un momento muy interesante, por precios, y vemos el próximo año con mucho optimismo, tal vez el mejor de los últimos años.
-¿En qué nivel de productividad se encuentra hoy la Argentina?
-Estamos en 2.650 kg/ha de promedio de los últimos años, que nos ubica entre los mejores del mundo. Pero en la región pampeana central estamos en 34 a 35 quintales en soja de primera, con una soja de segunda que viene creciendo a 22 o 24 quintales. Es en las zonas más marginales donde hay una brecha entre rinde potencial y lo que se está cosechando. Allí habría que mejorar el paquete tecnológico.
-¿Cómo es la productividad allí?
-El promedio posiblemente esté entre 20 y 22 quintales. Lo más importante es elegir bien fecha de siembra y los grupos varietales más adecuados. En el norte de Santa Fe y Santiago del Estero sabemos que hay un déficit de fertilización. Ahí se puede crecer mucho. También hay que incorporar sorgo, maíz y el trigo a la rotación.
-¿Cuál es la situación con grano verde?
-Estudiamos mejor el tema y realizamos una serie de recomendaciones. La zona de mayor riesgo es el norte y a medida que se exponga la madurez del cultivo a más estrés crece el riesgo de ocurrencia de grano verde. También encontramos que hay ciertas diferencias varietales. En este sentido hubo una campaña importante por parte de la Sagpya, en tanto que desde Acsoja en los próximos días publicaremos un trabajo con el segundo año de los estudios.
-¿Qué nivel de incidencia hay en este problema?
-El 90% de las muestras están en un nivel inferior a 5% de grano verde (no sufre descuento). Lo que es interesante es que a partir de la producción y lo largo de la cadena, se vaya diluyendo el grano verde para que a la fábrica le llegue con un porcentaje menor, particularmente la que viene del norte del país.
-¿Qué ocurre con el nivel proteico de la soja argentina?
-En los últimos cinco o seis años cayó el contenido proteico en forma significativa. Esto es una desventaja competitiva, porque a la industria le cuesta sacar harinas con más del 47% de proteína, cuando el 50% del mercado exportador es de harinas HiPro, que tienen un precio diferencial. Esto genera una pérdida de competitividad.
-¿Qué se va a hacer con este asunto?
-Este año vamos a hacer un estudio muy fuerte con Aapresid, Aacrea y Fertilizar para generar conciencia de que (producir soja) no solamente es rendimiento sino también calidad, para encontrar caminos de corrección. Pero lo que más preocupa es que en los últimos años también se redujo el Profat, es decir el conjunto del aceite y la proteína.
-¿Qué opinan de una reforma del estándar comercial que premie y castigue el contenido proteico y de aceite?
-Se está discutiendo, pero primero hay que caracterizar los materiales genéticos, porque la soja no es como el trigo. Hay que caracterizar las variedades para que el productor tenga información y pueda decidir qué sembrar. Pero hoy estamos lejos de que una medida así pueda corregir la situación actual.
Javier Preciado Patiño
jpreciado@infocampo.com.ar
