El Ministerio de Agricultura desarrolló un “Plan de acción para el sector de los bioinsumos de uso agropecuario”, que tiene como objetivo incrementar la producción, el consumo, el uso adecuado y la diversidad de productos de este tipo que estén disponibles para las actividades agropecuarias.
Se llama bioinsumo a todo aquel producto biológico producido por microorganismos o invertebrados, y que esté destinado a ser usado como insumo en la producción agropecuaria. Por ejemplo, los biofertilizantes, biocontroladores, fitoestimulantes y biorremediadores.
La estrategia a cuatro años involucra iniciativas público-privadas en colaboración con áreas relevantes del Poder Ejecutivo Nacional, el Poder Legislativo Nacional, los gobiernos provinciales y municipales, entidades académicas, industria y productores.
Además de acciones, el plan contempla monitorear su implementación con indicadores y medios de verificación establecidos en la matriz lógica. Se trata de una planificación flexible, que contempla instancias de reformulación de su estructura analítica en virtud de los resultados parciales y la necesidad de adaptarse a cambios del contexto.
El Comité Asesor en Bioinsumos de Uso Agropecuario (CABUA), que está integrado por profesionales de instituciones del sector público y privado, será el encargado del seguimiento, evaluación y formulación de propuestas para articular la ejecución de las acciones previstas en el plan.
“Los bioinsumos son una herramienta innovadora e indispensable para lograr avances en la sustentabilidad de la producción, al complementar a los productos químicos convencionales con opciones que generalmente son más biodegradables e inocuas, e incluso que pueden llegar a ser más económicas. Además, son una oportunidad para la bioeconomía, porque fomentan la radicación de industrias de base biotecnológica en el interior del país y el agregado de valor a la biomasa agrícola en origen”, destacó Andrés Murchison, secretario de Alimentos y Bioeconomía.
Por su parte, Martín Lema, director de Biotecnología, destacó la importancia del CABUA por su labor en la promoción y desarrollo de los bioinsumos de uso agropecuario y señaló que este ámbito de concertación público-privada dio frutos como la conformación de la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABIO), la reducción de los costos de registro de los bioinsumos en beneficio de las pymes del sector, propuestas de criterios técnicos para permitir el análisis regulatorio de nuevos tipos de bioinsumos, y un curso a distancia para técnicos agropecuarios que inicia este mes y se dicta a través del portal del Instituto Nacional de la Administración Pública.