El Cuerno de África experimenta actualmente el peor brote de langosta del desierto en décadas. La plaga migratoria más antigua y destructiva del mundo, cuyos enjambres pueden devastar los cultivos y los pastos de forma rápida y completa, afecta a Etiopía, Kenya y Somalia donde dañó decenas de miles de hectáreas de tierras. Djibouiti y Eritrea también sufren el impacto de la plaga, que se desplazó a Uganda en las últimas 24 horas.
Ante la magnitud de la catástrofe, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU y La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación celebraron este lunes una reunión informativa especial sobre la situación actual, seguida de un llamamiento para obtener 76 millones de dólares en apoyo urgente a la región.
“Una nube promedio de langostas de un kilómetro cuadrado, es decir de 40 a 80 millones de langostas, puede consumir en un solo día alimentos suficientes para alimentar a 35.000 personas al día. Se estima que un enjambre en el noreste de Kenya tiene un tamaño de hasta 2400 kilómetros cuadrados; de modo que, si mi calculadora funciona, todo lo que significa es que habría entre cien y doscientos mil millones de langostas en ese solo enjambre, y que estarían devorando suficientes alimentos para alimentar a 84 millones de personas en un solo día”, explicó Mark Lowcock, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios.
Esas cifras palidecen si la plaga no se controla ya que, con las lluvias adicionales que se esperan, la magnitud del brote podría crecer hasta 500 veces en junio.
Las plagas se propagan a toda velocidad
Pero este no es el único problema, las nubes de langosta no “poseen pasaportes y no respetan las fronteras internacionales”, convirtiéndolo en un problema de ámbito regional que afecta a los cultivos y pastos, sobre todo de las personas de menos recursos.
A esta situación, hay que añadirle el combate a la hambruna en estos 3 países con 13 millones de personas que están al borde ella, que alcanzarían los 19 millones si se suma a Sudán del Sur y Uganda. Además, añadió que durante los dos últimos años estas comunidades también sufrieron graves afectaciones meteorológicas.
“Soportaron lluvias escasas, sequías e inundaciones, su capacidad de recuperación se vio socavada y muchas familias, especialmente mujeres y niñas, se vieron obligadas a adoptar mecanismos extremos para hacer frente a la situación”, afirmo el secretario general.
Precisamente, son esos eventos climáticos los que están creando el entorno para facilitar el actual brote de langostas: las lluvias inusualmente intensas esta temporada y el aumento de la frecuencia de los ciclones en el Océano Índico crearon condiciones favorables para que la langosta se reproduzca.
El nexo de la plaga con el cambio climático
Por su parte, el Secretario General de la ONU destacó este fin de semana el vínculo entre el cambio climático y la crisis sin precedentes de la langosta que asola Etiopía y el África oriental.
António Guterres explicó que el aumento de temperaturas en los océanos genera más ciclones que crean “el caldo de cultivo perfecto” para las langostas.
“Hoy en día, las nubes de langostas son del tamaño de las grandes ciudades y la situación empeora día a día. La FAO nos dice que una nube del tamaño de París consumirá en un día tantos alimentos como la mitad de la población de Francia”, afirmó António Guterres en la apertura de la Cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba.
El titular de la ONU manifestó su solidaridad con las personas y comunidades afectadas y pidió una respuesta rápida y generosa de la comunidad internacional que sirva para para garantizar una respuesta eficaz y controlar la infestación “mientras tengamos oportunidad”.