“La Argentina tendrá que redireccionar en el futuro sus exportaciones agroalimentarias, ya que actualmente están dirigidas principalmente a los Estados Unidos y Europa y en las próximas décadas los mayores demandantes de alimentos se concentrarán en Asia, África y países de América Latina”, afirmó la subsecretaria de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria, Mercedes Nimo.
La funcionaria disertó sobre el tema “El agregado de valor como eje de la competitividad”, durante las Terceras Jornadas de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) y GS1 que tienen lugar en el predio de La Rural, en esta Capital.
“Para el año 2050 la población mundial llegará a los 10 mil millones de habitantes y la gran demanda alimentaria se concentrará en Asia, África y América Latina, y actualmente la Argentina exporta a EEUU y Europa, por lo cual habrá que hacer cambios fundamentales”, consideró.
Nimo precisó que los cuatro grandes desafíos del futuro son el crecimiento poblacional, el cambio climático, la escasez de agua y tierra cultivable, y el uso de energías renovables.
En cuanto al cambio climático, dijo que es fundamental la reducción de gases de efecto invernadero en la producción de alimentos; y en relación con la escasez de agua y tierra cultivable, dijo que la Argentina no padece ninguna de esas dos problemáticas; y en cuanto a la falta de energía indicó que la actual administración impulsa el uso de energías renovables.
En ese sentido, advirtió que también en el futuro “las empresas van a tener que generar su propia energía renovable”.
La funcionaria sostuvo que el crecimiento de la producción alimentaria argentina para el 2025 está previsto en 1,5%, y destacó que el país es “superavitario” en ese aspecto, es decir, que produce más de lo que necesita para su consumo interno.
Respecto de la industria alimenticia argentina, dijo que la producción agroalimentaria “es el motor de desarrollo del país”, constituye el 45% de las exportaciones con valor agregado y, si se le suma la exportación de commodities, el sector abarca el 60% de las ventas al exterior.
Sobre el actual cierre del comercial global, donde cada vez son mayores los requerimientos para exportar, especialmente a través de barreras no arancelarias, citó una serie de exigencias como “la inocuidad de los alimentos, la certificación de calidad, la trazabilidad, los aspectos nutricionales y aspectos de sustentabilidad”.
En tanto, indicó que los ejes de trabajo de la Subsecretaría a su cargo se basan en los marcos regulatorios de la seguridad alimentaria, el análisis de las cadenas agroalimentarias y el agregado de valor como herramienta.
Paralelamente, Nimo citó al programa nacional Valoremos los Alimentos, que procura evitar la pérdida y desperdicio de alimentos, y destacó el valor de la articulación público-privada en convenios que permitieron la reducción de sodio en alimentos procesados y la reducción de grasas trans.
Como herramientas de diferenciación y agregado de valor, mencionó al sello de calidad “Alimentos argentinos. Una elección natural”, que será relanzado en el 2017 y se trata de una marca voluntaria que, a manera de marca país, puede estar presente en los envases de alimentos.
“Queremos que los supermercados incentiven a los proveedores alimenticios para que incluyan el sello de Alimentos Argentinos”, expresó, y señaló que en el exterior son pocos los canales de comercialización que expenden productos argentinos, con la excepción del vino y las carnes.
Luego, la funcionaria dio a conocer una serie de líneas de financiamiento de capital de trabajo para el agregado de valor en origen en las cadenas regionales, que se canalizan a través del Banco Nación.
También citó al programa Fonapyme, con una tasa equivalente al 50% de la tasa general del Banco Nación, que permite financiar a mediano y largo plazo hasta el 70% de la inversión de una pyme. “Se orientará a los emprendedores que no puedan acceder al crédito bancario y estará disponible a partir del año 2017”, expresó.
Asimismo, habrá programas de aportes no retornables para los sistemas de gestión de calidad orientados también a las pymes.
“Queremos promover el desarrollo del interior del país para que la gente se quede en su territorio, en su lugar de origen”, aseguró Nimo.
La ASU realizó el encuentro junto al GS1, una organización global, sin fines de lucro, conducida por sus socios, dedicada específicamente al diseño e implementación de estándares globales y soluciones para mejorar la eficiencia y la visibilidad a lo largo de la cadena de valor. A nivel mundial GS1 cuenta con una red de Organizaciones Miembro en 150 países que brindan servicio a más de 1 millón de compañías en más de 20 Sectores.