La década del â90 fue un punto de inflexión para la producción porcina. Mientras muchos emprendedores debían dejar de serlo, y la industria exigía un cerdo más magro, técnicos, veterinarios y científicos traían del exterior las novedades en genética, alimentación y tecnología en equipamientos para obtener más carne de mejor calidad a menor costo. Juan Uccelli, presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos graficó: âEn el â90 había 400 mil madres y se faenaron 2 millones de cabezas. En 2005 hay 150 mil madres y se faenaron 2,5 millones de cabezas. La Argentina hoy tiene granjas que están dando más de 3.000 kilos por madre por año, cuando en la década pasada era un éxito llegar a 2.200 kilos por madre por añoâ. Y, junto con Carlos Péndola, médico veterinario de Genética Pigâs Ranch; Fernando Leonetti, técnico de proyectos Agroindustriales, y Guillermo Cáceres del departamento técnico de Alimental conversaron sobre el desarrollo del sector en los últimos años.
¿Qué cambios hubo en cada área?
Carlos Péndola: En genética se empezó a producir animales magros con altísimos rendimientos. Nuestra empresa surge en el â79 como una cabaña de razas puras con planteles que fueron importados de Holanda y en los â90 empieza a cambiarse y generarse una nueva situación donde se decide que no se va a producir más pedigree. Hoy ya hablamos de terminales híbridos. Y ahí es cuando también intervienen las empresas de alimentación y de instalaciones porque el cambio fue muy rápido.
Guillermo Cáceres: Claro, porque la producción porcina en los últimos años se ha encaminado tras un objetivo en común: obtener un producto final de calidad, magro, con buenos resultados de crecimiento en granja para el consumo de nuestro país. Y bajo esa línea común intervenimos todas las áreas. Y hoy es tan exigente en la alimentación un productor llamado pequeño, de 100 ó 150 madres como lo es un productor de 6 mil madres. Esto hace 10 años no era así. Y como técnico tengo que estar tan capacitado para atender a todos. Y en esto intervino mucho la forma en que están armadas las empresas porque hoy buscan tener un muy buen servicio técnico.
Juan Uccelli: Ya no se vende sólo genética, alimentación o tecnología. Antes uno compraba y nada más; ahora uno compra y exige, además un servicio posventa.
Fernando Leonetti: Hay disponible tecnología que hace unos años no teníamos. Se puede controlar la temperatura, la humedad y la calefacción. Y ese avance hace que con la mejora de los alimentos, se pueda lograr en un ambiente adecuado para los animales y que todo el potencial genético se exprese logrando una mayor producción. Gracias a esa combinación de factores cada madre está produciendo mucho más que antes.
¿Cuáles son los factores que podrían perjudicar a la producción porcina?
FL: Uno de los principales problemas que existen es el verano porque las altas temperaturas hacen que los animales disminuyan su consumo de alimento, lo que produce que disminuya el aumento del peso. Pero con ambiente controlado se puede lograr que los animales no se enteren que es verano. Lo mismo pasa en invierno, cuando los animales sufren mucho la bajas temperaturas. Controlando eso se logra que avancen y evolucionen más rápido y esté el cerdo terminado en seis meses.
Y en cuanto a bioseguridadâ¦
GC: El productor toma todos los recaudos día a día para cuidar su plantel reproductor, su producción.
CP: Hay una concientización de los efectos del ingreso de otra sanidad que uno puede tener consigo. El productor sabe que eso lo puede perjudicar, que puede traerle problemas sanitarios que se reflejan en todo su sistema de producción y básicamente, en sus ingresos. Los técnicos que trabajamos en esto somos los grandes difusores de la bioseguridad.
¿Y a qué se debe este cambio de pensamiento?
CP: A la tecnificación del sistema.
JU: Y a las malas experiencias. En base a los errores cometidos, están tomando todos los recaudos para no cometer los grandes errores del pasado.
GC: Sabemos que todas estas medidas son fundamentales para producir bien. Es decir, producir al menor costo posible, utilizando la menor cantidad de alimento posible y obteniendo la mayor cantidad de la mejor calidad de kilos de carne porcina en la granja como sea posible y bajo un sistema de producción sano, inocuo para el consumo humano.
JU: Y cuidando el medio ambiente. Porque al manejar confinados aparece la bosta y a ésta hay que tratarla. Si no se trata, pasa a ser un problema. En Europa hoy se prohíbe aumentar la producción porcina por los efluentes. Esto se hizo a raíz de lo que pasa en Europa, donde creció de una manera desmesurada en un espacio chico. Tienen una densidad de 300 animales por km
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. Y en Argentina es un cerdo por km
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, y en las zonas de producción llegan a 4 cerdos por km
2
. La idea es prevenir el crecimiento de una manera ordenada y usando los efluentes con una finalidad biológica. Y si se sabe usar, pasa a ser un beneficio. Eso es lo que hay pensar cuando uno comienza con este tipo de producción: primero, qué va a hacer con los cerdos, y segundo, qué va a hacer con los efluentes.
Bueno, pero si en la Argentina tuviera un mayor desarrollo, eso también podría pasarâ¦
JU: No. Acá tenemos la gran ventaja de que poseemos mucho espacio. Pero, además, estamos usando los efluentes de manera que nos sirven, como riego, fertilización, y usamos bacterias para disminuir el olor.
CP: Nosotros manejamos el impacto ambiental y tenemos menos contaminación. Esto no es lo que pasa Europa.
¿Por qué no creció el sector?
JU: El gran cuello de botella de la producción porcina es la comercialización. El inconveniente es que, históricamente, y porque la carne vacuna es barata, la de cerdo se utilizó al ciento por ciento para hacer chacinados. Esto generó que no se pudieran multiplicar mercados, o sea, el desarrollo de carne fresca y el desarrollo de exportación. Así se generó una gran dependencia. Es en esto en lo que se está trabajando. En el desarrollo del consumo de la carne de cerdo, que tiene muchos minerales, vitaminas, bajo colesterol y en la posibilidad de exportación. De esta manera, va a ser más fácil evitar cambios bruscos en el negocio que se produce frente a un país vecino como Brasil. Hay que decir que el costo de producción del cerdo argentino es el más barato del mundo. Más que el de Brasil, pero ellos con sus grandes volúmenes, venden por debajo de los costos y te destruyen el mercado. Si pudiéramos colocar en cada carnicería una media res de cerdo cada semana, estaríamos colocando el 50 por ciento de nuestra producción.
¿Cómo influyó el aumento del precio de la carne vacuna?
JU: Cuando comenzó el conflicto, lo vimos como una oportunidad y firmamos un acuerdo para mantener los precios por un año, sabiendo que con la tecnología que teníamos continuaríamos siendo rentables ofreciendo productos más baratos que la carne vacuna. Hoy el precio de la carne de cerdo está muy por debajo de la vacuna. Somos una gran opción, pero hay que desmitificar que la carne de cerdo es mala para la salud, es alta en colesterol, y demostrar que el cerdo que estamos produciendo no tiene nada que ver con la idea que tenían del chancho.
GC: Además, hay otra realidad. En los países más desarrollados del mundo la carne más consumida es la de cerdo. No podemos ser tan ciegos de no ver esta realidad.
Francisca Valsecchi
Fotos: Alejandro Peral
Nota publicada en la revista El Federal 120
