“El mercado de maquinaria agrícola este año está un poco más lento que años anteriores. El año pasado no fue tan malo. Se vendieron 7.000 tractores y 1.200 cosechadoras. Es un número razonable pero sigue por debajo de la tasa de reposición para mantener la actividad del parque. Estos últimos meses la cosa viene un poco más lenta”, sostuvo Héctor Sendoya, Director de la consultora Héctor Sendoya y Asociados en “Siempre que llovió, paró” por Radio Colonia.
“El sector fue ayudado con el tema de la devaluación que ha ajustado los precios hacia arriba. Los costos de los productos importados han sufrido mucho la devaluación, y también el costo de las manufacturas locales. En general el contexto crediticio no es tan alentador tampoco, donde creo que hay algunas restricciones en el Banco Nación donde se han movido las tasas, pero lo que uno advierte en el sector de los que compran tecnología es que hay un cierto desánimo que proviene de una pérdida clara de rentabilidad”, indicó.
“En alguna medida el aumento de volumen previsto de cosecha de soja va a reducir un poco esa brecha pero la realidad es que hay una pérdida sensible de rentabilidad. Los contratistas están atravesando dificultades serias para alcanzar su punto de equilibrio porque los precios que ellos cobran no son suficientes para mejorar la rentabilidad”, agregó Sendoya.
“Por lo tanto, estamos en un momento en el cual el modelo productivo argentino de tierra rentada y servicio de cosecha, siembra y pulverización está llegando un poco al límite ya que los precios finales derivados de los precios de los mercados que son excelentes, menos la restricción y el retraso cambiario, hace que la realidad no sea la adecuada”, dijo.
“Uno no ve un ánimo de inversiones que contrasta con lo que uno ve en el resto de los países de Latinoamérica. Uno ve un Brasil eufórico, un Paraguay eufórico, Uruguay haciendo grandes inversiones en el sector y aquí vemos cómo se mantiene el parque y la tecnología pero no hay ese espíritu de inversión que ha habido en otros momentos. Creo que estamos en un momento un poco límite”, añadió.
“La tasa de reposición dentro de la forma de hacer agricultura en la Argentina deberíamos estar en no menos de 1.500 unidades por año de cosechadoras y por debajo de los 8.000 tractores, sin considerar muy fuertemente las economías regionales que deberían ser un gran demandante de tractores pequeños y de mediana tecnología. Diría que hoy está por debajo de la tasa de reposición como para mantener la obsolescencia técnica del parque. Hay equipos que todavía funcionan pero tecnológicamente están muy atrasados. Ya nadie prevé trabajar con cosechadoras convencionales o máquinas pequeñas en particular. Todo el mundo está tratando de mantener el ritmo de la tecnología y no siempre se logra por una cuestión de rentabilidad y acceso al crédito”, manifestó.
“El último período fuerte de inversión en equipos fue en los años 2003 y 2004, que se repuso todo lo que no se había repuesto del ’98 al ’02. Tras la devaluación y los buenos precios hubo una muy fuerte recuperación del parque, y sobre todo de cosechadoras. Después ha habido años mejores y peores pero al límite del nivel de reposición y este año por debajo de la tasa de reposición buscada”; concluyó Sendoya.
