El presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), Daniel Urcía, informó que “la faena de agosto, el promedio diario fue de 59.785 cabezas mostrando un excelente nivel de actividad”, pero advirtió que si bien este dato “ayuda a amortiguar los mayores costos, aún no se traduce en rentabilidad”.
Los argumentos expuestos por el titular de FIFRA son que “las plantas frigoríficas operan con menos personal por el Covid-19, hay complicaciones logísticas para el reparto de carne, los subproductos no tienen valor y se exporta a precios más bajos que en 2019”.
En detalle expresó: “llevamos 180 días operando con menos personal pero sin faltar en ningún momento al pago de los compromisos salariales. Se opera con ausencias por personal enfermo o por contacto cercano a contagiados con Covid-19 y eso deriva en asilamientos preventivos a los que se suman los problemas logísticos para el traslado y el reparto de carne generan costos adicionales. En este contexto el cuero no tiene valor y los demás subproductos precios muy bajos lo que empeora la ecuación. Todo eso se traduce en pérdidas económicas para las empresas”.
“Por el alto nivel de faena de bovinos y de porcinos el mercado interno está muy bien abastecido y esto hace presumir que habrá un mantenimiento de los precios al consumidor. Los movimientos de precios que se observan son consecuencia de la nula capacidad de absorción que tiene el eslabón industrial y comercial mayorista”, aseguró.
Por el lado de la exportación “hubo un incremento en las ventas respecto del año pasado pero a menores precios, viéndose afectado también este sector industrial que debe afrontar los mayores costos antes señalados”, afirmó el presidente de FIFRA.
Por último Urcía señaló que “si bien las empresas frigoríficas pueden pagar sus compromisos en tiempo y forma, no debe caerse en el error de creer que por el nivel de actividad estamos ante un sector sin problemas, por el contrario los costos son crecientes y la renta cada vez más chica”.