Así como el concepto de brechas de rendimiento se ha impuesto como uno de los aspectos esenciales que debe mejorar el agro argentino, desde la Asociación Civil Fertilizar ahora han sumado la noción de “brecha de calidad”.
Este martes, en un restaurante de comida italiana del barrio porteño de Palermo, los principales especialistas de Fertilizar buscaron dejar en claro el punto: si los productores ceden en el uso de nitrógeno y otros fertilizantes se podría afectar la calidad final del trigo, con una baja sensible en su valor y usos comerciales.
¿El contexto? De cara al arranque de la campaña en el sector esperan que el mercado de los fertilizantes crezca al menos en un 11% en la comparativa, y así se acerque a los 5,2 millones de toneladas. Se trataría de un crecimiento marcado con respecto a la temporada anterior, en la que se usaron 4,58 millones.
En materia de área los números serían los mismos: 5,9 millones de hectáreas cultivadas.
“Cualquier productor, cuando piensa en hacer trigo, en lo que está pensando como factor primario es la rentabilidad económica de ese cultivo y eso se encuentra asociado al precio del grano y a los rendimientos que obtiene. Pero difícilmente tengan en mente qué es lo que ocurre con esos granos una vez que son vendidos”, comentó Gabriela Abeledo, invitada al evento por parte de Fertilizar.
Abeledo actualmente es profesora en la cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires y además es investigadora de CONICET. También se desempeña en el IFEBA, instituto en el cual se busca ahondar en cuestiones ligadas a la fisiología vegetal y a la ecología, y su impacto sobre cuestiones agropecuarias.
Al trigo de repente le cambió el viento: bajan los insumos y suben las cotizaciones
“La industria de la panificación es la gran demandante de esos granos, y si pensamos en panificación, una de las variables de calidad que define la ‘actitud panadera’ de una partida de granos es el porcentaje de proteína en el grano”, explicó Abeledo.
LA CALIDAD DEL TRIGO, BAJO LA LUPA
El otro porcentaje del área sembrada se lo lleva el trigo especial para la elaboración de pastas. Sin embargo el porcentaje es altísimo en lo que tiene que ver con superficie de trigo pan: más del 90%.
“Ese porcentaje de proteína en el grano es sinónimo a decir porcentaje de nitrógeno en el grano. O sea, cuando un productor agropecuario está pensando en fertilizar con una fuente nitrogenada en el cultivo de trigo lo hace pensando en el rendimiento, pero eso tendrá consecuencias en la calidad de esos granos”, sumó.
Esta variable se conjugará en tiempo real en los campos en relación a la disponibilidad de agua. “Esa mejora, de allí en adelante, mejorará cada uno de los pasos por los que va a ir transcurriendo ese grano hasta convertirse el día de mañana en pan o galletitas”, cerró el concepto.
¿CUÁNTO MÁS NITROGENAR?
Para Abeledo no hay dudas: “La cantidad de nitrógeno nativo en el suelo en la mayoría de los lotes de producción ni siquiera nos va a permitir cubrir altos rendimientos”.
Por eso, apuntó a que la decisión de los productores abarque la mayor aplicación de productos. Y así como impulsaron en su momento el concepto de “brecha de rendimiento”, hoy en el trigo la comunicación fue un poco más allá y abarcó el concepto de calidad.
“Cuando hablamos de rendimiento hay una única variable que multiplicamos, el rendimiento, pero cuando hablamos de calidad no hay una variable inequívoca que por sí sola nos permita calificar a la calidad panadera de una partida de granos. Por eso tomamos como referencia al porcentaje de proteína en grano, que es una de las variables que se tienen en cuenta desde el punto de vista de la comercialización”, explicó.
“Pero hay otras variables que tienen que estar acompañando a ese porcentaje de proteína para definir si esa partida de granos es buena, muy buena o regular”, sumó.
Para esto será fundamental la disponibilidad de fertilizantes desde el canal distribuidor. En ese sentido, Fernanda González San Juan, directora ejecutiva de Fertilizar, sostuvo que en lo global, el 70% de los fertilizantes son importados.
“Desde la importación venimos igual que el año pasado y en ese sentido no creemos que haya dificultades. Pero además, al pensar en el trigo, que demanda mucho nitrógeno, el mismo se realiza aquí en la Argentina en su mayoría. En principio no habría dificultades ni para el fósforo ni para le nitrógeno”, precisó.
González San Juan recordó aspectos fundamentales para el tratamiento de los fertilizantes: ambientes propicios para su conservación para evitar la humedad, y la disponibilidad en ventanas precisas en la campaña. Y en ese aspecto resaltó la necesidad de mayores precisiones desde la órbita gubernamental y el anuncio del ministro de Economía Luis Caputo en relación a importaciones de insumos, que sin embargo aún no tiene resolución oficial publicada.
“Claramente necesitamos que se materialice, porque sino podría pasar que alguien espere a fertilizar porque suponga que bajará el precio. Y allí se puede pasar el momento de fertilización, y estamos hablando de biología. No podés sembrar el trigo en octubre”, comentó.
“Las decisiones hay que tomarlas en 30 días. Y serán buenas si es que caen en el momento preciso, si las medidas se dictan en octubre, el trigo estará jugado”, afirmó.
Y Roberto Rotondaro, presidente de Fertilizar, sostuvo: “El valor del trigo está a casi u$s 220 a diciembre, es un valor intermedio a bueno. Ya no corre el precio que existió cuando estalló la guerra en Ucrania. Pero los precios actuales siguen siendo interesantes y aplicar bien la tecnología servirá para potenciar a los cultivos”.