Con la premisa de bajar la tasa de incidentes de las maquinarias agrícolas que regresaban a taller a causa de desperfectos generados en un manejo indebido, desde el Intituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y una concesionaria de New Holland unieron fuerzas y desarrollaron una solución al problema.
Agromaq Virdó, una de las firmas que localmente comercializa a una de las empresas más importantes del mundo en materia de maquinaria, detectó que un acercamiento con los profesionales del INTA Mendoza podía ser la llave para destrabar un inconveniente frecuente en fincas y bodegas de Cuyo.
Pero, fundamentalmente, con el paso del tiempo notaron que sin darse cuenta habían generado un nuevo espacio, con oportunidades para el estudio de los y las operarias de tractores y maquinarias en general.
Mediante el curso, que se desarrolla a lo largo de 4 meses de cursada presencial en el INTA Mendoza y que otorga certificación oficial, este año se generará una tercera camada de egresados listos para los requerimientos de las industrias de la región.
“En líneas generales los trabajos con tractores tienen un despliegue durante todo el año, más allá de que actualmente están mecanizados como pasa con la cosecha tanto de viñedos como de hortalizas. Eso tiene una estacionalidad”, definió Analía Díaz Bruno, directora de la Experimental.
Infocampo estuvo la semana pasada en las instalaciones del Instituto ubicado en la zona de Luján de Cuyo, al pie de la precordillera.
Allí Díaz Bruno destacó también que además de la demanda del sector por reducir los incidentes “evitables” que percibían en la actividad, a causa de malos manejos de las unidades, la intención de parte de los profesionales del INTA fue la de acompañar la dinámica de mecanización que observan en la actividad.
“Notamos que va in crescendo, y que cada vez hay menos mercado de trabajo rural. Se va achicando la mano de obra. Por eso, además de advertir ese fenómeno buscamos promover esos procesos de mecanización”, afirmó.
Según entienden, la disminución de la mano de obra en el campo es un fenómeno que se da a nivel mundial y en prácticamente todas las poblaciones que tienen a la agricultura dentro de su matriz productiva.
Díaz Bruno destacó que lo que genera el curso brindado durante 300 horas, divididas entre 150 horas de teoría y 150 de práctica, donde los alumnos adquieren experiencia y conocimientos tanto de mecánica como de operación de maquinaria mediante una alianza con la Dirección General de Escuelas de la provincia, es nada menos que una certificación oficial con la cual los egresados pueden mejorar su perfil profesional.
“También obtienen el permiso de conducción de tractores, que es diferente a los otros permisos”, señaló.
Pero sin dudas uno de los puntos de mayor orgullo para los profesionales del INTA y para Agromaq Virdó es que, según aseguran, hasta el momento cada uno de los egresados encontró trabajo en el sector para ejecutar las tareas con las cuales se formó.
“Esto responde a lo que para nosotros ya se percibía: que había una gran demanda del sector vitivinícola por tener operarios calificados”, señaló Díaz Bruno.
¿POR QUÉ SE REDUJO LA MANO DE OBRA?
En el INTA Mendoza señalaron que “hay otros sectores económicos que compiten con la mano de obra rural” y que “son mucho más atractivos para los jóvenes”. Se trata de espacios como los servicios ligados al mundo del comercio.
“Además hay un factor como la migración del campo a la ciudad, que también es un fenómeno mundial. Ocurre en todas las ciudades y allí la gente en busca de mejores servicios y mejores condiciones de vida”, expresó Díaz Bruno.
Sin embargo, sostuvo que iniciativas como el curso creado “acerca a la tecnología al agro y atrae a la juventud”.
“Aquí ven posibilidades de desarrollarse manejando tecnologías de otro tipo y no solamente con lo tradicional”, expresó.
Por eso, más allá de lo opositivo que resultó para las compañías de maquinaria, para los bodegueros e incluso para los productores, desde el INTA señalaron que el curso generó una marcada mejora en el potencial de los estudiantes a la hora de moverse en el campo profesional.
“Los ha hecho poner también en valor dentro de las mismas empresas, han mejorado su calificación y por lo tanto su sueldo también ha cambiado porque el tipo de tareas que realizaban se modificó. Además recibimos permanentemente llamados para saber ‘si hay algún egresado’ que pueda ingresar a trabajar en alguna de las principales bodegas de Mendoza y en otras también quizás no tan grandes, pero que ya están demandando personal calificado”, apuntó.
“Esto les ha cambiado un poco la vida”, aseguró Díaz Bruno.