La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que un 22% del área maicera está cosechada. A diferencia de la baja de la doble baja en el rinde de la soja, ya confirmada, la entidad mantiene su proyección de producción para este ciclo en 50 millones de toneladas.
El impacto de la sequía, por ahora, se sintió en los resultados de la cosecha de primera. La jornada Experiencia Forrajera y en Cosecha realizada recientemente mostró los mejores aspectos de la cosecha de maíz, también la del girasol, y el trabajo fundamental para la recolección de forrajera.
En Ameghino, al oeste de la provincia de Buenos Aires, los cultivos sintieron sensiblemente los efectos de la falta de agua en una parte del ciclo.
Durante la Experiencia, el público vio en directo el trabajo de las cosechadoras Tucano, de CLAAS, recolectaron el potencial de los híbridos de maíz y girasol de KWS. También también trabajó la picadora de CLAAS, la Jaguar, y las máquinas forrajeras sobre la alfalfa.
En referencia al maíz, KWS divide las zonas maiceras en tres grandes ambientes a nivel nacional. Los del centro-norte de la Región Pampeana, en la que los híbridos deben ser muy tolerantes a las altas temperaturas y contar con un excelente perfil sanitario para distintas enfermedades foliares, de tallo y espiga.
Hacia la zona núcleo maicera, los productores buscan principalmente alto potencial de rendimiento debido a los excelentes campos agrícolas que hay en esa región y, finalmente, hacia el Litoral, el sur y el oeste bonaerense, en los que se investiga y desarrolla para que la genética tenga tolerancia al estrés hídrico.
También la jornada fue el contexto ideal para ver en acción el nuevo lanzamiento de Mainero: el cabezal maicero MDD-200. “Con este modelo ampliamos la gama de cosecha en condiciones extremas del cultivo, como un maíz muy bajo o en casos de espiga frágil”, explicó Marcos Formica, del área de Investigación y Desarrollo. Además la marca llevó sus herramientas para la confección de forrajes conservados.