A poco más de un mes del arranque de la siembra de trigo y del resto de los cultivos invernales, los productores toman nota de las consecuencias que dejó la sequía feroz que sacudió a la Argentina en los últimos meses.
Animales muertos por la sed, rindes agrícolas impensados y hasta una helada en pleno mes de febrero: un cuadro de situación que hoy en día todavía deja ver sus efectos.
En ese contexto es que tendrá su puntapié inicial la nueva campaña triguera. Los productores, sin embargo, podrán contar con diferentes variedades de semillas que servirán para demorar la siembra lo más posible, para los casos en los que los perfiles requieran un tiempo más para esperar por las lluvias que recarguen los suelos.
“Todos sabemos el déficit hídrico que atravesó el país, y a la vez con elevadas temperaturas. Estamos en un contexto difícil pero la perspectiva de los productores es muy buena y el ida y vuelta con ellos es excelente. Tenemos una amplia red de distribuidores que permite llegar a cada sitio”, planteó Nicolás Del Sel, gerente de Marketing de Neogen.
Neogen pertenece al Grupo Don Mario, una de las históricas marcas semilleras que invierte en el país. Las semillas en las que trabajaron allí serán las que Neogen le ofrecerá a los productores para este trigo que se viene.
“En algún momento comenzará a llover nuevamente con normalidad y se recargarán los perfiles. Nuestra apuesta está en el trigo y así como 2022 fue nuestro primer año en la soja, en 2023 nuestro objetivo pasa por el trigo. Por eso saldremos con todo en busca de revancha con dos variedades: una de ciclo intermedio y otra de un ciclo corto”, expuso.
A LA HORA DE LA SIEMBRA
Las variables que presentará Neogen a los productores son:
- Neo 30 T23 (ciclo corto)
- Neo 50 T23 (ciclo intermedio)
¿En qué se diferencian? La variedad del ciclo corto que permite atrasar la siembra en función de la disponibilidad de agua y los factores climáticos que puedan afectar o también en relación al planteo productivo de cada productor.
Para quien haya salido “tarde” de la soja o del maíz, el Neo 30 T23 aparece como una posibilidad concreta de no perder el tren triguero.
Y el intermedio se da para quienes a finales de mayo, de acuerdo a la zona, ya estén en condiciones de empezar con el cereal.
“Naturalmente tuvimos una merma en la producción de nuestros multiplicadores a causa de la sequía, pero confiamos en que lleguemos al productor y aprueben nuestra genética, siempre en el marco de “Sembrá Evolución””, expresó Del Sel.
LAS ZONAS QUE PICAN EN PUNTA
Conocida es la preferencia de los productores del sur bonaerense por los cultivos de invierno, una zona clave para el desarrollo del trigo. Pero también de la cebada: Del Sel indicó que en los últimos años este cultivo no solo que le disputa “bolsa a bolsa” al trigo, sino que en algunos casos tiene mayor incidencia.
Más allá de eso, el trigo sigue siendo el rey del sur de Buenos Aires y podría hacerse fuerte en otras zonas, como el oeste de la provincia y otras regiones en las cuáles la sequía afortunadamente no fustigó demasiado.
“Este año se dio que en el oeste de la Provincia, cerca de La Pampa, no hubo demasiados problemas climáticos y buscamos poder crecer allí”, expresó.
¿Otra región del país? El sur de Entre Ríos.
“El año pasado en trigo fue una de las menos castigadas desde lo climático y se dieron buenas cosechas del cereal en la provincia, cosa que no pasaba hace muchos años porque Entre Ríos es muy errática en la producción”, indicó Del Sel.
A los dos casos se suman los sitios agropecuarios por excelencia, como el norte bonaerense y el sudeste cordobés.
“Las zonas tradicionales siguen estando”, cerró.