“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera;
tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea,
porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”
Es probable que Martín Fierro sea el libro más leído y que más represente al sentimiento rural argentino, y los versos precedentes son de los más conocidos de esa genial creación de José Hernández.
Pero quienes parecen haberse olvidado de estos postulados son un grupo de dirigentes del campo cordobés, que en las últimas horas mantuvieron una insólita disputa en relación al Fondo de Desarrollo Agropecuario (FDA), un fideicomiso integrado por parte de la recaudación del Impuesto Inmobiliario Rural y que se destina obras viales ejecutadas por la Provincia, pero bajo control de las entidades rurales.
Tras unas fuertes e inesperadas críticas de la Sociedad Rural de Jesús María (SRJM), en medio de la avanzada que está realizando el Gobierno de Javier Milei sobre este tipo de instrumentos a nivel nacional, parte de la Mesa de Enlace cordobesa salió a respaldar el FDA y, por ende, al Gobierno provincial.
La novela, por ahora, quedó allí, pero sorprende que en un territorio donde las políticas del agro suelen ser ejemplo para el resto del país, incluso por la relación público-privada, de repente se destape una grieta que no se sabe si incluso puede seguir ensanchándose.
PRIMERO, LAS CRÍTICAS
La polémica nació a fines de la semana pasada, cuando la Rural jesumariense, una de las entidades más fuertes del sector en Córdoba, emitió una editorial titulada “¿Y por casa cómo andamos”, con dardos directos hacia la administración pública provincial. En medio de ese fuego, el FDA cayó en la volteada.
La SRJM valoró que “la administración nacional ha comenzado a tomar medidas”, para no gastar más de lo que se ingresa, a través de una “reducción de estructuras y eliminación de personal superfluo”.
Pero hizo hincapié en que “estamos reaccionando ante las ‘cajas’ extrañas como lo son los ‘fideicomisos’”, con “cifras estratosféricas que distribuyen sin control”.
Allí fue que, además de apuntar contra la estructura del sector público provincial por la cantidad de ministerios (14), secretarías (65) y agencias (7), entre otros datos, también hizo foco en el Fondo de Desarrollo Agropecuario.
¿Y POR CASA CÓMO ANDAMOS?
👉…resulta imposible vivir gastando más de lo que ingresa. Así mismo, estamos reaccionando ante las “cajas” extrañas como lo son los “fideicomisos”.
👉 Pero la provincia de Córdoba no se enteró.
NUEVA EDITORIAL DE LA SRJM 👇https://t.co/xy8KvcFmE2 pic.twitter.com/LIW2DAhiJb— SRJM (@srjmcba) February 22, 2024
“¿Para qué las agencias?. Todo indica que se trata de burlar el control del Tribunal de Cuentas que, a propósito la administración anterior, a sabiendas que la oposición tomaba el control, generó modificaciones para limitar la capacidad del organismo para escudriñar esas cuentas. La Agencia Córdoba Agro, por alumbrar, que administrará el Fondo de Desarrollo Agropecuaria -FDA- se podrá lucir con magníficas obras”, disparó.
Y continuó, con altas dosis de ironía: “Lo dicho, como recordatorio para tener presente sobre dónde están las hendijas por las que fluyen los ‘dinerillos’. ¡Ah! Para ser justos nos debemos un pequeño acto de contrición. De este lado del mostrador somos indulgentes y sumisos a la hora de ocupar las sillas del silencio que nos ofrecen. Punto. ¿Y por casa?; por casa sigamos volando que nuestros pilotos necesitan estar entrenados y … ¡Vermouth con papas fritas y good show! (Tato Bores dixit) ¡Que siga la joda!”.
SEGUNDO, LA RESPUESTA
Lógicamente, esto generó un rápido malestar en el Gobierno provincial, pero también en general en la Comisión de Enlace cordobesa.
Sucede que, como se mencionó anteriormente, el FDA se administra con control del ruralismo, por lo que las críticas expresadas por la SRJM estarían salpicando a otras entidades. Lo mismo que su acusación de “silencio”, apuntada a la dirigencia rural de segundo grado.
Así fue que parte de la Mesa de Enlace salió a responderle, sin mencionarla, a la SRJM. ¿Por qué parte? Porque el comunicado que emitieron, está firmado por los distritos cordobeses de Federación Agraria y la Sociedad Rural, y por la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), la pata mediterránea de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); pero no por Coninagro.
De hecho, Coninagro salió con un comunicado diferente al resto de las entidades, en el que también apoyó al FDA y la gestión provincial, pero prefirió hacerlo de manera separada.
Con todo, el comunicado de las tres entidades que fueron de manera conjunta es contundente en relación a su apoyo al FDA y a la forma en que el agro cordobés se relaciona con su gobierno.
El escrito, titulado “No todo es lo mismo”, señala textualmente lo siguiente:
En la dinámica politica argentina actual, existe una justificada y necesaria revisión de la conformación y la administración del Estado en sus diferentes niveles de gobierno.
Observamos cómo, durante años, se crearon estructuras administrativas que sólo cumplieron el rol de solventar militantes y financiar estructuras políticas de quienes ejercian el poder.
Aplaudimos esta revisión porque la creemos necesaria para tener un Estado eficiente y libre de mecanismos que favorezcan la corrupción.
Ahora bien, no todo es lo mismo.
En Córdoba, hace unos pocos años, y luego de una larga y sostenida demanda por parte de las entidades gremiales del campo, se generó el Fondo de Desarrollo Agropecuario, herramienta por la cual el 90% de los aportes económicos que anualmente hacemos los productores en concepto de Impuesto Inmobiliario Rural se destinan a un fondo intangible, administrado por el Banco de Córdoba y gestionado en forma conjunta por representantes del sector gubernamental y del sector privado, en un claro y virtuoso ejemplo de acción público-privada.
Este fondo especifico intangible, que no engrosa las arcas de Rentas Generales, tiene dos representantes del sector privado que firman cada salida y uso de fondos, y es auditado por el Tribunal de Cuentas de la Provincia.
Desde su creación se lo ha considerado como un enorme paso adelante en la gestión y destino de recursos económicos aportados por el eslabón productivo. Siempre es posible mejorar, y esa es la aspiración de los dirigentes y productores agropecuarios en su enorme mayoría, pero sobre la base del trabajo conjunto y la crítica constructiva, bien intencionada y desprovista de cualquier velo partidario.
La gestión conjunta del Fondo de Desarrollo Agropecuario ha permitido eficientizar el uso de recursos que fueron destinados a la compra y mantenimiento de patrullas rurales, al financiamiento del sistema de Consorcios Camineros, de Consorcios Integrados de Gestión de Cuencas, al Programa de BPA’s, a obras ejecutadas por el Consorcio Caminero Único, entre tantos ejemplos tangibles de lo logrado desde su creación.
Podemos observar y hacer aportes para que entre todos generemos la virtud de la mejora continua. Emparentar este mecanismo que hemos creado y logrado hacer crecer y prosperar en Córdoba con otros que son utilizados de manera espuria por la política corrupta es una injusticia.
La CEEA Regional Córdoba apoya y defiende la existencia del Fondo de Desarrollo Agropecuario y valora la permanente defensa de los intereses del campo cordobés que se lleva adelante desde el gobierno provincial.
En cuanto a lo expresado por Coninagro, que a grandes rasgos es similar en el sentido de defender las gestiones que viene realizando el ruralismo en conjunto con el Gobierno, se puede ver a continuación:
CONCLUSIONES
Como puede observarse, las entidades firmantes de la Mesa de Enlace, aunque no mencionan a la SRJM explícitamente, le responden que el FDA no es un fondo que no tenga control y que sus críticas son “injustas”.
En este marco, hay un capítulo político que es insoslayable: uno de los hombres fuertes de la SRJM es su ex presidente, ex intendente de Jesús María y actual diputado nacional por el radicalismo, Luis Picat, quien se está posicionando también como uno de los hombres fuertes de la oposición a Hacemos por Córdoba, el nombre actual que recibe el peronismo cordobés que hace 25 años gobierna esa provincia.
No parece casualidad entonces que tanto el comunicado de las tres entidades como el de Coninagro coincidan en pedir críticas “constructivas, bienintencionadas y sin velo partidario”.
Tampoco puede obviarse que la SRJM no es la primera vez que se despega del resto de las entidades: es, como se mencionó anteriormente, una de las asociaciones de primer grado con más peso no solo en Córdoba sino a nivel nacional, y no teme en saltear puentes cuando lo considera apropiado.
La sorpresa adicional aquí es que tanto la SRJM como Cartez forman parte de CRA, y se suponen que en eso también deberían estar “hermanadas”, como reza el Martín Fierro.