Este miércoles 1 de enero la Organización Mundial del Comercio (OMC) cumple sus primeras tres décadas de vida. A raíz de la significativa fecha para la organización, desde la Bolsa de Cereales y la Fundación INAI decidieron repasar, y evaluar, qué aspectos mejoraron desde su puesta en marcha.
Pero también los verdaderos “puntos de dolor” que aún existen en la cadena comercial internacional, la cual el agro argentino mira con atención.
“Reconociendo los méritos de la incorporación (parcial) de la agricultura al sistema multilateral del comercio en 1995, los temas pendientes en la agenda de liberalización del intercambio de productos agrícolas siguen siendo muchos y de gran relevancia, condicionados por un contexto internacional cada vez más volátil y complejo”, apuntaron.
En primer lugar destacaron que la Ronda Uruguay de Negociaciones del GATT “representó un paso importante en incorporación de la agricultura en el sistema multilateral del comercio”.
“Sin embargo los subsidios siguen creciendo cada vez más, llegando a más de u$s 610.000 millones anuales, los aranceles de importación son muy elevados y en algunos casos directamente prohibitivos. Y se mantienen las medidas para-arancelarias sin base científica”, puntualizaron.
A su vez, remarcaron que la “fallida” Ronda Doha de la OMC lanzada en 2001 “no ha brindado avances en el proceso de reforma de la agricultura”.
“De 1995 a la fecha, el único progreso fue la eliminación de los subsidios a la exportación”, indicaron.
Por otro lado, sostuvieron desde la Fundación del Instituto Para Las Negociaciones Agrícolas Internacionales que los vínculos multilaterales “son complementarios a las negociaciones de acuerdos comerciales preferenciales (ACRs), como Mercosur-UE”.
En la actualidad la OMC incluye a 166 miembros, los cuales representan el 98% del comercio mundial. “Además, hay temas como los subsidios distorsivos que por su propia naturaleza, solo son abordados en las negociaciones multilaterales, no a través de ACRs”, explicaron.
Por eso, los analistas caracterizaron al escenario actual como “complejo”.
“A las discrepancias históricas en torno a la liberalización o no del sector, se le suman nuevos desafíos como el debilitamiento del multilateralismo, las tensiones geopolíticas que promueven la implementación de políticas de de-risking y el autoabastecimiento”, puntualizaron.
También señalaron la “falta una hoja de ruta clara por la incidencia de la política, ciertos cuestionamientos injustificados al sector agrícola, y los problemas estructurales en los formatos negociadores en la OMC”.
“El panorama en el corto plazo no es auspicioso, pero es importante que Argentina mantenga su histórico rol de liderazgo junto a sus socios del Grupo Cairns, reclamando por un sistema de comercio agrícola más transparente y libre de distorsiones”, cerraron.
