Oriundo de la localidad de Canals, enclavada en el núcleo productivo del sudeste cordobés, el productor Néstor Roulet se ganó un nombre dentro de la dirigencia agropecuaria en 2008, durante la histórica revuelta contra la resolución 125 que buscaba imponer las retenciones móviles.
En aquel entonces, era vicepresidente 1° de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las cuatro entidades que conformaron y todavía mantienen vigente la Mesa de Enlace, y acompañaba al titular de la entidad, Mario Llambías, a las diversas protestas, cortes y reuniones que se realizaban para buscar soluciones ante el fuerte conflicto con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Luego, más allá de haber sido candidato a vicegobernador de Córdoba por el radicalismo en 2011 y luego haber sido funcionario del Ministerio de Agroindustria durante la gestión de Ricardo Buryaile –vicepresidente 2° de CRA en 2008–, como secretario de Agregado de Valor, el resto de sus años ha mantenido su actividad como productor.
Y también ha despuntado el vicio de hacer cálculos de rentabilidad y costos en el agro: durante muchos años fueron frecuentes sus informes al respecto.
En las últimas horas, volvió a tomar notoriedad con una planilla que posteó a través de su cuenta de la red social X, donde mostró con claridad cómo las retenciones y la presión impositiva al agro en general hacen que, en un contexto como el actual, mientras el productor pierde dinero por cada hectárea de soja, el Estado se lleva una gran ganancia, sin aportar absolutamente nada.
La presión impositiva al agro: una perinola en la que el productor pone y el Estado toma casi todo
LAS RETENCIONES Y SU IMPACTO EN LA RENTABILIDAD
“Decime qué se siente: mientras el productor que alquila el campo e invierte para sembrar soja con un rinde de 35 qq/ha pierde casi 80 U$S/ha, el Estado se queda con 473,29 U$S/ha”, resumió Roulet.
En este sentido, estimó que si se multiplica ese dinero por las 18 millones de hectáreas que se sembrarán con soja, significa una suma multimillonaria: U$S 7.700 millones que van a las arcas públicas, mientras que los productores resignan muchísimo dinero.
La estimación de Roulet supone un rendimiento de la soja de 35 quintales por hectárea y un precio de la soja a marzo de U$S 386 la tonelada. Así, de movida una hectárea genera un ingreso total de U$S 1.351, de los cuales U$S 445,83 se van en derechos de exportación.
Así, el ingreso bruto del productor queda en U$S 858,27, y sobre este valor hay que descontar los costos directos e indirectos, más el alquiler, que dejan el margen bruto en negativo: -51,44. Y sobre esto hay que pagar más impuestos: U$S 27,46 entre Impuesto al Cheque e Ingresos Brutos.
El resultado final: una pérdida de U$S 78,90 para el productor y una ganancia de U$S 473,29 para el Estado.
El posteo de Roulet alcanzó cerca de 30 mil visualizaciones a lo largo del día, y numerosas respuestas de productores y dirigentes que apoyaron su mensaje e insistieron en el reclamo que toma cada vez más fuerza hacia el Gobierno, para que definitivamente anuncie una quita o rebaja de las retenciones.
Decime que se siente: mientras el productor qué alquila el campo e invierte para sembrar soja con un ride dec35 qq/ha pierde casi 80 U$S/ha, el Estado se queda con 473,29 U$S/ha. En 18M de hectárea= U$S 7.700.000.000 😮💨🚜🇦🇷 pic.twitter.com/Nno3G0Olow
— Néstor Roulet (@NestorRoulet) January 7, 2025
