La ganadería en el norte argentino se lleva a cabo en condiciones que implican, en muchas ocasiones, un difícil desafío para los productores. En Chaco y Formosa, por ejemplo, los ambientes son muy diversos y varían según las condiciones del terreno y del clima.
En este escenario y con el objetivo de brindar herramientas a los productores, especialistas del INTA El Colorado (Formosa) publicaron una guía integral, con recomendaciones para un manejo integral de las pasturas.
Cristian Ramírez, investigador del INTA El Colorado destacó que es fundamental caracterizar el ambiente y utilizar las pasturas mejor adaptadas, para que puedan manifestar todo su potencial.
“Es importante utilizar las pasturas mejor adaptadas a las condiciones particulares de cada tipo de suelo, para maximizar los beneficios productivos”
Pautas para seleccionar pasturas que maximicen la producción ganadera🐄
Especialistas del INTA El Colorado comparten una guía integral con recomendaciones para un manejo integral de pasturas que permita optimizar la producción ganadera en la región.
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— INTA Informa (@INTAInforma) November 5, 2024
PASTURAS: RECOMENDACIONES A MEDIDA
Para los suelos bajos e inundables, Ramirez destacó el pasto Tangola (híbrido de Brachiaria arrecta y Brachiaria mutica).
Se trata de una opción que se adapta a condiciones de humedad prolongada y permite a los productores crear sus propios semilleros de manera económica.
En cuanto a terrenos pesados e inundables, sugirió el Dicantio (Dicantium erectum) y el pasto Clavel (Hemarthria altissima cv Bigalta), ambas especies reconocidas por su calidad forrajera y adaptación a condiciones de suelo específicas.
“Esta pastura también se reproduce mediante guías y es conocida por su excelente digestibilidad, tanto en hojas como en tallos, lográndose en esta especie una alta conversión alimenticia del ganado”, detalló.
En los suelos de media loma, recomendó Grama Rhodes, sobre todo los cultivares Callide -por su calidad forrajera- y Katambora, por su alta producción de semillas. En ambos casos, favorece la cobertura rápida del suelo con características franco arenosas a limosas.
Para ambientes de loma o monte, aconsejó el uso de Marandú y Brachiaria ruziziensis, que sobresalen por su palatabilidad y adaptabilidad a condiciones adversas. También sugirió híbridos como el Mulato II y Mavuno, que presentan una alta calidad forrajera y son ideales para enriquecer la dieta del rodeo vacuno.
Pasturas megatérmicas: el ABC del INTA para tener éxito desde la siembra
Por último, para zonas de monte y terrenos altos, la recomendación de Ramírez fue Panicum maximum (hoy conocido como Megathyrsus maximus), especialmente los cultivares Mombasa y Aruana, que requieren diferentes niveles de precipitación y toleran periodos de sequía.
Se trata de cultivares de alta producción, adaptados para zonas lluviosas, que requieren entre 800 y 2.500 milímetros.
El especialista destacó la importancia de sincronizar la siembra con las lluvias estacionales, que suelen ocurrir durante los meses de septiembre, octubre y noviembre.
“Si las lluvias durante estos meses no se presentan, es recomendable posponer la siembra hasta fines del verano o principios del otoño, en donde las temperaturas serán beneficiosas para la siembra e implantación de las pasturas”, concluyó.