La campaña de granos gruesos 2024/25 próxima a comenzar se presenta compleja al analizar los márgenes de rentabilidad.
En las pizarras de Chicago, los commodities no repuntan y las cotizaciones de soja y maíz se hallan en los niveles más bajos de los últimos años.
Los pronósticos de cosechas elevadas en Estados Unidos y Brasil son unos de los factores que por el momento imprimen una tónica bajista a los mercados. En Argentina, además de estas variables se suma la presión impositiva que representan los derechos de exportación al complejo granario.
En un informe elaborado por CREA, advirtieron que además de este escenario desfavorable a nivel internacional, el productor argentino también está condicionado por el contexto local. “El porcentaje del precio internacional que percibe el productor es 52% en soja y 65% en el cereal”, señalaron.
Y agregaron: “El nivel de precios como el contexto local -política cambiaria y tributaria- condicionan la competitividad del negocio agrícola”.
A nivel global, la comercialización de grano no muestra señales –al menos en el corto plazo- de revertir la tendencia de precios deprimidos. Con producción elevadas, los principales compradores mundiales están retraídos y generan una mayor acumulación de stock, lo que enfría el mercado y mantiene deprimidos los precios.
“Con Brasil siendo el principal proveedor de China, podrían esperarse algunas oportunidades dependiendo de los resultados y negociaciones comerciales de Estados Unidos”, estimaron.
UN ESCENARIO AJUSTADO
De acuerdo a la entidad, las proyecciones iniciales para el ciclo 2024/25 describen un escenario por demás espinoso al momento de hacer números.
En el caso del maíz, el precio de indiferencia está por encima del valor del mercado en el 62% del área proyectada, mientras que en soja llega al 33% del área estimada.
“El comportamiento de los precios, la evolución del clima y sanitaria, y el contexto local, serán fundamentales para confirmar la intención de siembra y nivel de inversión en los cultivos”, destacaron.
“El ritmo de compra de los insumos para la gruesa está en niveles mínimos, siendo el nivel de precios y sus relaciones y el contexto local, factores que influyen en la decisión de compra e inversión en la tecnología de los cultivos”, agregaron desde CREA.
NÚMEROS EN ROJO
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en tanto, puso en números como vienen los márgenes rentables en la zona núcleo. En un primer abordaje, todos los cultivos muestran un estado de situación preocupante, sobre todo en soja de primera.
En el caso de campos arrendados -un 70% de la producción es esa región- la soja de primera enfrenta una rentabilidad negativa, con una pérdida de U$S 69 por hectárea. Por su parte, en maíz tardío bajo las mismas condiciones muestra una pérdida de U$S 138 por hectárea.
El maíz temprano ofrece mejores números en campos propios. Con una inversión de U$S 1.133, la ganancia es de U$S 371 por hectárea, mientras que en tierras alquiladas la rentabilidad es de U$S 38, con una inversión de U$S 1.643 por hectéras.
La bolsa rosarina calculó que los mejores resultados económicos se logran con la rotación trigo/soja de segunda, que arroja U$S 465 por hectárea en campos propios y U$S 126 por hectárea en esquemas de arrendamiento. Para llegar a esos márgenes, se necesita un rinde de 40 qq/ha en trigo y de 35 qq/ha en el caso de soja de segunda.
¿CUANTO CAYÓ LA RENTABILIDAD CON RESPECTO AL AÑO PASADO?
Para la soja de primera en campo propio, la cosecha mínima necesaria es de 30 qq/ha y para campo alquilado, asciende a 43 qq/ha. En maíz temprano, en campo propio se requieren 78 qq/ha para alcanzar la indiferencia y bajo arrendamiento, casi 100 qq/ha.
“Estos datos subrayan la importancia de la planificación y del excelente manejo agrónomico que impone esta campaña en particular”, remarcaron. En este sentido, calcularon que la rentabilidad de la soja perdió entre U$S 100 y 150 por hectárea en los últimos dos años
Los números son más críticos cuando se analiza la evolución de márgenes rentables en soja de primera. “En campos alquilados, la situación es más crítica y desde hace casi un año están registrandose valores negativos”, subrayaron.
La caída gradual en el precio del grano, junto con el aumento de los costos de producción, derivó en resultados económicos cada vez peores: se pierden 69 u$s/ha en campo alquilado y es favorable en 288 u$s/ha en campo propio.
“Para la misma fecha en 2022, la rentabilidad neta era de 468 u$s/ha en campo propio y de 13 u$s/ha en alquilado”, concluyeron.
Sube y baja, pero baja: la rentabilidad de la soja perdió entre 100 y 150 u$s/ha en los últimos 2 años
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— BCR Mercados (@BCRmercados) August 16, 2024