Al comenzar su camino en el rubro de los fertilizantes la compañía Agri Liquid Solutions, reconocida como ALS en el mercado argentino, tuvo que resolver una disyuntiva: fabricar granulados tradicionales o volcarse a los líquidos.
Entre el grupo de trabajo que hoy comanda Leandro Armoa, el actual gerente general de la firma, resolvieron tomar el segundo de los caminos. Las atracciones fueron principalmente los costos menores en comparación a lo sólido y también la posibilidad de combinaciones en mezclas.
“Nos dedicamos a los fertilizantes líquidos y lo que buscamos es solubilizar ese fósforo. Presentamos una propuesta de una fuente de máxima eficiencia que le permite al productor reducir costos y dosis, teniendo una fórmula mejor y más amigable con el medio ambiente”, calificó Armoa.
El gran objetivo es el de maximizar recursos en una etapa crítica en el campo como lo es la siembra. En eso, aseguran, el líquido aventaja a lo sólido.
“La fuente líquida es más eficiente que la granulada tradicional porque la asimilación de la planta es total. Además una sola persona con una bomba y una manguera te resuelve todo”, sumó.
¿MENORES COSTOS?
Según indicaron desde ALS, la opción de lanzarse a los líquidos conlleva un ahorro cercano al 25% en el costo de la fertilización fosfatada.
“Y como hay reducción de dosis, ese transporte para llevar el flete a su campo se le disminuye a la mitad al productor por tener el doble de rinde de hectáreas”, expresó y aseguró: “Juega bien en todos los cultivos que requieren fósforo. Lo que recomendamos es hacer un buen diagnóstico para hacer una estrategia”.
“La formulación es relativamente más económica que un granulado tradicional. Y al ser un liquido universal nos permite combinarlo con otras tecnologías como micronutrientes, bioestimulantes, y entonces de manera sencilla fácil y homogénea se puede complementar con zinc, boro o molibdeno. Le permitimos al productor armar una fertilización a la carta”, cerró.