PLA, una de las firmas que forman parte del grupo John Deere, tuvo nuevamente una importante presencia en Agroactiva y presentó sus equipos para los productores y contratistas agropecuarios.
“El perfil de nuestros clientes hoy está bastante repartido. En Argentina tenemos la figura del contratista muy fuerte, que hace siembra, cosecha o pulverización. Gran parte de nuestros clientes son contratistas, que tienen un propósito diferente al que tiene un agricultor que trabaja sobre sus campos”, analizó Sebastián Malamud, gerente general de PLA durante una entrevista con Infocampo.
Desde el punto de vista del ejecutivo, Agroactiva es “típicamente una feria de negocios”, y analizó al respecto que “siempre se caracterizó por un buen cierre de operaciones”.
“Este año vimos buen humor, terminó la cosecha y no fueron los números del año pasado, hubo una buena magnitud”, sumó.
“Y se ha dado otra condición interesante: tenemos oferta de crédito bastante accesible, buena, tanto de la banca pública como de la privada”, agregó.
En Las Rosas, floreció una planta de maquinaria agrícola capaz de fabricar casi 800 unidades por año
Este último punto, según sus palabras, son de gran importancia para el momento de las decisiones de los productores.
“Eso a veces es un factor de decisión. Aquel productor agropecuario que tal vez estaba indeciso sobre si cerraba o no un negocio puede hacerlo en función de cuáles son las tasas de financiación”, analizó.
“Por ejemplo en Banco Nación la tasa del 17% anual es a lo mejor el empujoncito para cerrar un negocio y renovar sus equipos. Creo que se han dado una serie de condiciones favorables y eso nos pone muy felices”, elogió Malamud.
LAS PULVERIZADORAS DE PLA
En este marco, Malamud presentó también las potencialidades de la pulverizadora 3300, la gama intermedia de las pulverizadoras de la familia PLA.
“Está equipada con alas de fibra de carbono. Esta máquina viene equipada con el SIA, que es un sistema integrado de aplicación y es uno de los diferenciales que presentamos en los equipos PLA”, contó.
Se trata de un equipamiento que ayuda a medir la calidad de la aplicación. “Agronómicamente, la aplicación no es ni más ni menos que una gota que va a salir de alguno de esos picos. Y esa estación meteorológica me dirá si la gota se va a evaporar antes de caer en el suelo, o puedo tener un viento que me haga una deriva, etc”, ejemplificó.
En base a las condiciones en las que se está trabajando, el monitor exhibe un semáforo: el color verde es cuando se está aplicando bajo los parámetros ideales de temperatura y humedad, por ejemplo; el amarillo cuando hay alguna condición que no es la mejor y se sugiere evaluar si continuar o no con el proceso; y el rojo es una alerta de ineficiencia.
“Esto es económicamente mejor y ecológicamente más sustentable. Me permite saber qué tan efectivo estoy siendo en mi aplicación de insumos en determinado tiempo y condición. Hay que entender que entre esos picos que tiene el pulverizador pasan millones de dólares de insumos. Entonces, hay que imaginarse lo que implica ser un 10% más eficiente”, puntualizó.