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Estudio de la FAUBA: el ranking de los cultivos de invierno que mejor soportan inundaciones

El trabajo relevó el desempeño de cultivos de invierno bajo condiciones de anegamiento en la región pampeana. Cómo quedaron en la tabla el trigo, la cebada, la colza y la arveja.

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Si bien el exceso de lluvias afecta de manera general a cualquier especie vegetal, algunas toleran mejor que otros las inundaciones.

En el caso de cultivos de invierno extensivos en la región pampeana, un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) llegó a la conclusión que el trigo es el que más tolera condiciones de anegamiento, seguido por cebada y colza.

En la vereda opuesta, la arveja es la que más sufre los excesos hídricos. 

LOS CULTIVOS DE INVIERNO Y LAS INUNDACIONES: EL ESTUDIO DE FAUBA

La volatilidad climática torna impredecible al clima y en este contexto, las lluvias intensas son una posibilidad. Cuando ocurren en zonas con suelos de poca pendiente o infiltración, producen inundaciones que dañan los cultivos y producen grandes pérdidas económicas.

Ante este escenario, es clave identificar a los cultivos que toleran mejor los excesos hídricos, para desarrollar estrategias que permitan aminorar el impacto de las inundaciones. Rocío Ploschuk, de la FAUBA, explicó cómo se llevaron a cabo los estudios.  

El punto de partida fue analizar qué pasaba con trigo, cebada, colza y arveja cuando se inundaban en etapas vegetativas y reproductivas.

Los ensayos se realizaron en dos años y se llevaron a cabo en contenedores de un metro cúbico. Sus resultados fueron publicados en la revista científica Agronomy Journal.

Ploschuk eligió estos cuatro cultivos extensivos —dos cereales, una oleaginosa y una leguminosa— porque se usan de forma generalizada tanto en la región pampeana como en el resto del mundo.

RANKING DE TOLERANCIA A INUNDACIONES

“El trigo fue el que más toleró el anegamiento temprano y tardío. Después, cebada y colza toleraron mucho más el temprano que el tardío”, señaló.

Y agregó: “La arveja fue el más sensible, no se pudo recuperar ni del anegamiento temprano ni del tardío”.

Un rasgo distintivo del estudio es que fue uno de los primeros que abarcó los cuatro cultivos desde la etapa vegetativa hasta la reproductiva, en un mismo ambiente y con anegamiento temprano y tardío.

“El ranking que generamos sirve como herramienta para que los productores puedan elegir qué sembrar según sus posibilidades y pronósticos climáticos”, señaló.

Los datos generados por el informe son una herramienta útil para la toma de decisiones al momento de la siembra.

En este punto, Ploschuk explicó que si el campo es proclive a inundarse, el trigo es una buena opción, al igual que si los pronósticos hablan de lluvias intensas durante la primavera o el verano. 

“Si pronostican lluvias en invierno, podría sembrar cebada o colza, que se recuperan bien y en un área que no se inunda, pondría arveja. Por supuesto, más allá de la parte económica”, señaló.

FACTORES A TENER EN CUENTA

Para construir el ranking, se tuvieron en cuenta una multiplicidad de variables. Entre ellas, la biomasa de raíces por volumen de suelo y la biomasa de hojas verdes, de hojas muertas, de tallos y de tejido reproductivo por superficie.

También analizaron el número de macollos en trigo y cebada, y el número de ramificaciones en colza y arveja.

“El anegamiento temprano redujo la densidad de raíces y la biomasa aérea en trigo, cebada y colza, pero se recuperaron a niveles del control cuando se levantó el anegamiento”, remarcó Ploschuk.

En los casos de trigo y la cebada, los anegamientos no tuvieron repercusiones en sus rendimientos, mientras que la colza perdió un 17%. La arveja no se recuperó y perdió hasta el 90% del rinde.

Por otra parte, el anegamiento tardío redujo un 65% el rendimiento de la cebada al disminuir el número de macollos y un 69% el de la colza, al reducir sus ramificaciones. Además, aceleró la senescencia de sus tejidos.

EL ORIGEN DE LAS DIFERENCIAS

Al momento de explicar por qué hubo tanta diferencia entre los cultivos, la investigadora fundamentó que la densidad de masa radical es una característica fundamental para tolerar la inundación.

“En un anegamiento, los poros del suelo tienen agua y poco aire. En una inundación, deja de haber oxígeno y las raíces tienen dificultad para absorber agua y nutrientes, y los cultivos se estresan”, describió

En este sentido, completó: “El trigo y la cebada generan raíces superficiales con un tejido que les permite una mejor oxigenación, llamado aerénquima, así mitigan la crisis metabólica”.

En esta instancia, aclaró que usaron solo un cultivar de cada cultivo y que otros pueden responder diferente a la inundación.

La línea de investigación de Ploschuk seguirá adelante con la soja, explorando la variabilidad dentro de la especie. “Hay poca información sobre este tema y vamos a evaluar la tolerancia de distintos materiales genéticos al anegamiento. Observaremos rendimiento, rasgos fisiológicos, anatómicos, de biomasa radical y aérea”, concluyó. 

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