La escalada de protestas que viene ocurriendo en Europa, por parte de productores disconformes con las políticas ambientales impulsadas por la Unión Europea y también en contra de un eventual acuerdo de libre comercio con el Mercosur, tuvo en las últimas horas un nuevo capítulo, ahora en España.
Miles de agricultores se lanzaron con sus tractores a las rutas, cortaron el tráfico y quemaron neumáticos, según consignó la agencia Reuters.
“Con distintos matices, en toda la UE tenemos los mismos problemas”, expresó a la cadena nacional TVE Donaciano Dujo, vicepresidente de ASAJA, una de las mayores asociaciones de agricultores de España.
ASAJA y otras asociaciones habían convocado protestas a partir del jueves, pero muchos agricultores salieron a las carreteras con sus tractores el martes, enredando el tráfico en todo el país desde Sevilla y Granada en el sur hasta Girona, cerca de la frontera francesa.
En total, hubo unas 14 carreteras que quedaron completamente bloqueadas.
Como se mencionó, en las últimas semanas habían ocurrido “tractorazos” similares en otras naciones europeas, como Alemania, Francia y Bélgica.
Los productores subrayan que las exigentes reglas que les impone la UE para proteger el medio ambiente los hacen menos competitivos que sus pares en otras regiones, como América Latina o los europeos que no pertenecen al bloque regional.
En Alemania, más de 1.000 tractores coparon Berlín y arrojaron estiércol en reclamo al Gobierno
BRUSELAS COMIENZA A CEDER ANTE LOS AGRICULTORES
En este marco, bajo la presión que imponen estas fuertes protestas, la Comisión de la Unión Europea salió a intentar calmar las aguas.
La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, propuso en las últimas horas retirar el plan que imponía una reducción a la mitad en el uso de agroquímicos.
“Nuestros agricultores merecen ser escuchados”, dijo Von der Leyen al Parlamento Europeo.
No obstante, agregó: “Sé que están preocupados por el futuro de la agricultura y su futuro como agricultores. Pero también saben que la agricultura necesita pasar a un modelo de producción más sostenible para que sus explotaciones sigan siendo rentables en los próximos años”.
En este marco, el lobby de agricultores europeos COPA-COGECA acogió con satisfacción las declaraciones de Von der Leyen, porque “la Comisión de la UE reconoce por fin que su enfoque no era el correcto y refuerza así la credibilidad y la importancia del actual diálogo estratégico”.
Del mismo modo, este martes la CE recomendó a la UE que reduzca las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 90% para 2040, un objetivo ambicioso que pondrá a prueba el apetito político por la lucha de la región contra el cambio climático antes de las elecciones en el bloque de países del Viejo Continente.
Pero es un desafío mayúsculo en el sentido de que, como lo muestran las protestas del campo, la agenda climática de Europa está entrando en una fase difícil a medida que comienza a afectar a sectores sensibles, como la agricultura.
De hecho, Reuters asegura que un borrador anterior del objetivo de la UE decía que la agricultura necesitaría reducir las emisiones distintas de CO2 en un 30% para 2040 con respecto a los niveles de 2015 para cumplir con el objetivo climático general. Pero eso, tras la ola de protestas, fue eliminado del borrador final.
Vale insistir en que todo esto ocurre en medio de un contexto político muy importante: en junio habrá elecciones para el Parlamento de la UE y las encuestas muestran un posible giro a la derecha, lo que podría dificultar la aprobación de políticas climáticas como las que se venían impulsando.
De hecho, Reuters señaló que para muchos miembros de derecha del parlamento europeo consideran insuficientes estas aparentes “concesiones” de la UE hacia el campo.
“Los agricultores se están rebelando en Europa y la Comisión Europea viene con nuevas ambiciones poco realistas”, dijo Alexandr Vondra, del euroescéptico Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, criticando lo que llamó una campaña para “obligar a la gente a tener un estilo de vida diferente”.
Del mismo modo, Sylvia Limmer, eurodiputada del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) de Alemania, criticó a los líderes de la UE por estar “estúpidamente contentos” con la reducción de las emisiones de CO2, añadiendo que las políticas verdes eran responsables de lo que llamó una gran crisis económica.