La campaña 2022/23 será vista durante mucho tiempo como la imagen a la cual no volver. La sequía hizo estragos y las consecuencias siguen a la vista: la Bolsa de Comercio de Rosario explicó que la molienda de soja fue la peor en 19 años.
“Con una producción que cayó más de un 56% interanual, la actividad de la industria aceitera argentina sufrió una dura estocada. En este sentido, el crush de soja en Argentina se redujo casi un 30% en el 2023, comparándolo con el nivel de actividad del 2022”, indicaron desde BCR los analistas Guido D’Angelo y Emilce Terré.
Según indicaron, el año pasado más del 36% del crush en Argentina se realizó con soja importada mediante el régimen de importación temporaria, un nuevo récord.
“Es decir, se trae el poroto de soja temporariamente al país para su procesamiento industrial, con el fin de reexportar después productos con mayor valor agregado (aceite, harinas, biodiesel, glicerina, entre otros). Con estos datos, podemos afirmar que el año pasado más de un tercio de la molienda argentina se realizó con soja importada”, argumentaron.
MOLIENDA Y CAPACIDAD OCIOSA
Desde BCR señalaron que, más allá de las enormes mermas de dos dígitos en ambos casos, “pareciera paradójico que la molienda haya caído menos de un tercio mientras la producción se recortó más de la mitad”.
“Aquí la diferencia fundamental hay que encontrarla en las importaciones de soja: permiten recortar la capacidad ociosa de la industria aceitera, al mismo tiempo que colaboran en sostener el nivel de empleo y apuntalar las exportaciones nacionales”, indicaron.
Además la merma productiva llevó a que 2023 cierre como el año de mayor capacidad ociosa de la historia de la industria aceitera argentina. “No obstante, la ociosidad del 54% del año pasado hubiera saltado a cerca del 70% sin las importaciones”, aclararon.
La gran novedad en orígenes de importación de soja el año pasado provino del Brasil. Con una participación más recortada a lo largo de la historia del crush argentino, la cosecha récord en nuestro principal socio comercial apuntaló con fuerza el comercio de soja brasilera hacia Argentina.
“El impulso en Brasil llevó a su participación en las importaciones argentinas de soja del 9% en 2022 al 39% en 2023. Más allá de esta suba, también se rompieron récords de volumen de soja traída desde Paraguay, el proveedor más frecuente de soja de nuestro país”, informaron.
LO QUE VIENE
En materia climática el panorama que viene alimenta las esperanzas de revertir, o al menos mejorar, estos índices. “La presencia de un año Niño ha traído más lluvias y una recuperación de la humedad del suelo, que permite ilusionarse con una recuperación de la producción”, especificaron.
Por eso, de la mano de ello, la mayor oferta disponible de poroto de soja podrá apuntalar la actividad de la principal industria exportadora de la Argentina, si las condiciones acompañan.