Luego del primer mandato como gobernador de Axel Kicillof en Buenos Aires, que comenzó en 2019 y finalizó el año pasado, a la hora de la reelección y la reformulación de su gabinete uno de las personas que retuvo su área de trabajo fue Javier Rodríguez.
Si bien su juventud estuvo ligada a un campo familiar de producción “chacarera tradicional” en Entre Ríos, su paso por las aulas de una facultad no estuvo necesariamente ligado a la agronomía: es economista recibido en la Universidad de Buenos Aires, desde donde también sumó un doctorado.
Años después su ligazón profesional al mundo del campo llegaría en la cátedra de Economía Agropecuaria de la facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
Hoy va por su segunda etapa como ministro de Desarrollo Agrario de Buenos Aires pero, esta vez, ya no cuentan con una sintonía directa con la Casa Rosada. Ahora, lo más probable, es que Kicillof y su gente deban buscar otros caminos para hacerse de recursos.
A la vez la apuesta pasa por recuperar votos perdidos, algo para lo cual se requiere estar a la expectativa de los “lastimados” que presumen irán dejando las distintas etapas del ajuste de La Libertad Avanza.
En ese marco, las retenciones son un capítulo central de esa estrategia, y el peronismo lo huele.
Por estas horas una larga lista de sectores aguarda expectante a ser bendecido por los funcionarios nacionales y quedar lejos de la aspiradora impositiva. Pero tampoco se trata de una palabra más para los peronistas: durante largo tiempo retener parte de las exportaciones del campo fue un estandarte del espacio.
LLUVIAS Y CULTIVOS EN BUENOS AIRES
-Luego de un 2022 para el olvido y un 2023 que tardó en tener buenas lluvias, ¿cómo está cerrando la campaña de trigo en Buenos Aires?
-Por condiciones climáticas finalmente se está dando una recuperación, y la verdad es que los volúmenes de producción son acordes. Obviamente la sequía nos afectó: tuvimos 98 municipios con declaraciones de emergencia, más de 7.000 productores con certificados de emergencia otorgados. Eso habla un poco de la gravedad que tuvo la sequía, que además redujo en más de u$s 20.000 millones a las exportaciones.
-¿La declaración de emergencia que se publicó esta semana para 12 municipios tiene que ver con eso?
-Sí, con una ampliación del plazo y fundamentalmente con la idea de estar presentes siempre, porque la recuperación lleva un tiempo adicional.
Lo que la sequía se llevó: Buenos Aires declaró la emergencia agropecuaria para 12 municipios
-¿Cuál es el rendimiento que ven en la soja y cómo impactaron las lluvias en la zona núcleo?
-También, muy bien. Veníamos de atrás, pero estos niveles de precipitaciones están permitiendo también una recuperación. Nosotros vemos una buena campaña con buenos rindes en todos los cultivos, la verdad es que esta temporada va a ser buena. En función del clima, claro.
-Así como se ve en Corrientes, donde hay serias inundaciones, ¿hay alguna parte de la provincia sobre la cual estén particularmente atentos por riesgos de excesos de lluvias?
–No es lo previsto, porque también eso va en función de cómo están los suelos. Lo que vemos es que a veces hay niveles de precipitaciones muy altos acumulados en un día, que pueden generar distintas dificultades, pero todo eso suele tener impacto por ahí en algunos sitios periurbanos, no así en producciones extensivas. O no está en el horizonte de esta campaña. Sí se aprecia más cantidad de agua en las islas.
BUENOS AIRES, ANTE LAS REFORMAS DE JAVIER MILEI
-Si a la Provincia le ingresan menos recursos, ¿temen no poder cumplir en algún momento con los compromisos de Estado?
-La definición que tenemos con Axel es muy clara: seguiremos manteniendo nuestras acciones, por supuesto que con menos disponibilidad presupuestaria, pero tenemos el compromiso de abordar absolutamente todas las emergencias.
-¿Pero eso los puede afectar?
-Lo dijimos desde antes de arrancar en diciembre del 2019 y lo mantenemos. Es cierto que la provincia está recibiendo menos dinero, pero yo siempre quiero señalar que aportamos aproximadamente el 40% de los recursos tributarios nacionales y recibe en torno al 20%. Algunas veces se han generado distintos convenios, fondos adicionales para compensar esta enorme diferencia con lo que pone y recibe la provincia que es el motor productivo de la Argentina, en todos sus sentidos. Este viernes leí en un medio que ya ven muestras de que Milei estaba dejando de lado y perjudicando a Kicillof por tema de recursos, pero eso no es ahogar a un gobernador, sino a 17 millones de los bonaerenses.
-Hablemos de las reformas que impulsa el Gobierno. ¿Cuál creen que será el desenlace?
-Vemos las iniciativas económicas, de generar un incremento del precio del dólar, pero también de un aumento en combustible y esta aceleración de la inflación con los resultados que ya conocemos. Y por otro lado una iniciativa de transformar un conjunto de normas muy amplias. Entre el DNU y la Ley Ómnibus estamos hablando de más de 600 normas que son o derogadas o modificadas sustancialmente, con una variedad muy grande de temas, porque vamos desde retenciones, pesca, biodiésel, semillas, tierras, privatizaciones como la del Banco Nación, el INTEA, modificar el régimen de góndolas. Cada tema debería ser debatido en profundidad.
-¿Y se debatirá en profundidad?
-Está todo planteado como un bloque que debe resolverse en muy poco tiempo, sin anticipación ni debates, y con consecuencias negativas en todos los sentidos. Si uno tiene que sintetizar, el DNU y la Ley Ómnibus son proyectos que favorecen la extranjerización, la concentración económica, la reprimarización de la producción agroalimentaria con consecuencias muy gravosas en todo sentido.
-Analicemos un caso: una de las economías que tendrá modificaciones y aún se debaten sus retenciones es la vitivinicultura. Si bien el grueso está en Cuyo, el mapa empieza a agrandarse y Buenos Aires ya tiene bodegas. ¿Qué pasará en esta actividad?
-Es una industria que en Buenos Aires hoy tiene un incipiente grado de desarrollo. Es un entramado pyme. Por eso un incremento de retenciones aleja esa posibilidad de la cual a muchas pymes les aleja la posibilidad de la exportación, les corre el horizonte. Por lo menos unos años.
-¿Y cuál será la postura de Unión por la Patria con respecto a retenciones? No es un tema menor dentro del espacio. ¿Qué papel cumplirán?
-La postura es muy clara: un rechazo absoluto a la Ley Ómnibus, y por lo tanto se va a votar en contra de lo que se está generando. La verdad es que la propuesta del Gobierno de Milei en término de retenciones es desastrosa porque aplana y eleva los derechos de exportación generando desincentivos a la industrialización. Y por otro lado un impacto mayor en los pequeños y medianos productores, con una fuerte incidencia en las economías regionales.
-¿Dentro del espacio es un debate saldado ya?
-Remarco, la posición es clara en términos de rechazo. Han habido además muy pocos debates serios y muy pocos defensores de lo que se está haciendo, porque los diputados nos transmiten que están debatiendo por ejemplo el régimen de pesca y no se sabe muy bien quién lo escribió, ni con quién debatirlo. En biocombustibles, si se procede, implicaría el cierre de las 11 plantas que tenemos en la provincia. Porque cuando se modificó la Ley en 2021 los debates se dieron y hubo ciertos acuerdos. Ahora se cambia por completo.
-¿Qué les dice el sector privado?
-En el caso del biocombustible nos dicen que esto los arruinará. Y por otro lado, que lo judicializarán porque hasta ahora tenían determinadas seguridades jurídicas. Esta semana estuvimos con la Cámara Cervecera de Buenos Aires, y en esa cadena, tan importante para la provincia, lo que está ocurriendo es que aumentarían las retenciones a la cebada, pero se aumenta también las de la malta y la cerveza, las tres, de manera plana a un 15%. Les van a resultar casi imposibles las exportaciones de malta a Brasil y desincentiva el proceso de industrialización, lo que genera arraigo y desarrollo en el interior de la provincia. El impacto está claro.
-Por último: ¿cómo leyeron el episodio del Presidente dialogando con una cuenta fake del gobernador en X?
-Bueno, la verdad es que habla de un Presidente que está más pendiente y atento a lo que ocurre en las redes, incluso sin darse cuenta de algunas características de las redes, de lo que está pasando en la realidad. Nosotros vemos una situación muy complicada con la aceleración de la inflación, nos lo dicen los distintos representantes de los sectores productivos, pero también la gente. En ese sentido vemos un Presidente muy alejado de la realidad de lo que está ocurriendo, porque más allá del error y que se asemeja al Fernando de la Rúa que salía por otro lado en un estudio de televisión, todo esto habla de una separación de lo que realmente está ocurriendo en la realidad, de un desapego y una falta de empatía en la que todos vemos que está complicada.
-¿Y la última gestión presidencial tuvo también momentos en los cuales se alejó de la realidad?
-Evidentemente nuestro Gobierno nacional no ha podido dar respuestas en algunos temas importantes, y eso se ha visto en materia electoral, por supuesto. Esas respuestas requeridas tuvieron que ver con inflación, y con otros temas.