Mientras el Gobierno negocia con una parte de la oposición las modificaciones necesarias para que la Ley Ómnibus logre dictamen del oficialismo, llegue al recinto y pueda ser votada en las bancas, las críticas por la idea de subir retenciones siguen emergiendo.
Desde Córdoba suelen llegar los dardos más duros en esta materia. No es un aspecto que sea únicamente contra el gobierno de La Libertad Avanza, sino que la gobernación mantiene una histórica postura en ese sentido y reclama, ahora con Martín Llaryora al frente, que elimine el pago de retenciones por parte de los productores agropecuarios.
EL MANÍ, CONTRA LAS RETENCIONES
Esta semana desde la Cámara Argentina del Maní respaldaron la postura cordobesa en este sentido.
En Río Cuarto, Llaryora recibió a los industriales y le pidió a los legisladores cordobeses que “no apoyen la suba de derechos de exportación a las economías regionales, entre las que se incluye al maní”.
“La Cámara planteó su total apoyo y coincidencia al rechazo expresado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC) y representantes de las cámaras sectoriales a las retenciones a las economías regionales, así como a la posición expresada por el mandatario cordobés”, informaron los empresarios.
El mandatario reiteró que las retenciones son un pésimo impuesto y, sobre todo, insistió en que “no existe plan fiscal sin plan productivo”.
“Coincidimos en la necesidad de encontrar un equilibrio fiscal macro para el desarrollo, pero debe buscarse la manera que no sea mediante obstáculos para los sectores productivos”, calificaron desde las empresas.
A su vez, el gobernador cordobés fue enfático al señalar que no se opone a toda la “ley ómnibus” de Milei.
“Defender a los sectores productivos es defender a la Argentina y evitar este grave error que representa extender las retenciones sobre todos los sectores, es hacer una colaboración para evitar que la Argentina retroceda, que se rompa su tejido productivo y se vuelvan a bajar las persianas”, indicó.
También recalcó que el Gobierno nacional con esa medida va a perjudicar a la industria y no va a recaudar más. “El plan fiscal debe contener un plan productivo para que las fábricas puedan producir: nadie puede recaudar si no tiene empresas y sectores que generen riqueza”, insistió Llaryora.