Corrientes sigue sufriendo los efectos de las inundaciones que comenzaron en los últimos días y no se disipan a la medida que llegan nuevas tormentas, con fuertes lluvias.
. Si bien el año “pintaba bien” en materia productiva, las fuertes lluvias acontecidas durante los primeros días de enero tiró todo por la borda y hoy la provincia cuenta con miles de hectáreas arrasadas por el agua y campos que se van acortando.
La situación es dramática. Porque las pérdidas no sólo conlleva producción, sino también estructuras, viviendas en las ciudades, y hasta hectáreas de campo que no se podrán utilizar en el corto plazo.
“Hace un año teníamos registros mínimos históricos de agua producto de la sequía, hoy estamos inundados, es decir en la situación opuesta”, comentó a INFOCAMPO, el productor agropecuario Pablo Sánchez, ex titular de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes y ahora Vice presidente 3ro de CRA.
En la “región del río Santa Lucía” y centro sur correntino, hay campos completamente inundados, y rutas cortadas literalmente. Hubo que evacuar animales, mientras que muchos cultivos quedaron bajo agua.
El dirigente rural, expresó que luego de atravesar la gran sequía del año pasado con el arrastre de los años anteriores, el campo correntino “terminó el año 2023 en condiciones normales de humedad y agua en superficie”. Sin embargo, la situación se salió de cause en enero y en la actualidad se observan escenarios irreversibles.
LAS ZONAS MÁS AFECTADAS
Las regiones más afectadas por el temporal en Corrientes son las comprendidas por los departamentos del oeste. Las zonas con serios problemas son Goya, Lavalle, Santa Lucía, San Roque y departamentos vecinos.
“La inundación de campos bajos y el desbordes de ríos y arroyos es el saldo más duro que debemos afrontar los productores correntinos”, dijo el dirigente afectado.
“El evento está provocando que los cultivos no adaptados queden bajo el agua y se pierdan, que en plena parición los terneros nazcan y se ahoguen, que haya pérdida de kilos en los engordes y en las recrías, entre otros serios inconvenientes”, enumeró el entrevistado.
Sánchez, recordó: “Hemos pasado exactamente de un extremo al otro en un año”. En ese marco, mencionó que el año pasado “estábamos con el 5% de agua en superficie, con una media del 38-40%”.
Hoy, con el agua al cuello, según sus datos, “estamos llegando al extremo opuesto de máximos cercanos al 65-70% de agua en superficie en la provincia”, indicó el productor, explicando que se trata de “un sucedo devastador” para el agro.
SE OBSERVA LO PEOR
En esta región del litoral, la inundación causa pérdida de cultivos, muerte de terneros y merma de peso en el ganado. Este contexto impacta negativamente en los productores. Además, esto sucede después de una sequía de tres años, lo que empeora la situación económica de la provincia.
“El evento está provocando que los cultivos no adaptados queden bajo el agua y se pierdan, que en plena parición los terneros nazcan y se ahoguen, que haya pérdida de kilos en los engordes y en las recrías, entre otros serios inconvenientes”, enumeró el entrevistado.
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En fin, por todos lados el productor pierde por estas lamentables inundaciones y el acompañamiento por parte del Gobierno será fundamental para comenzar a ordenar la debacle.
“Los campos se achican y ya después de tres años de extensa sequía, esto termina de ser el golpe de gracia para los productores”, cuenta con profunda tristeza Sánchez.
Es que se trata de una situación que impactará negativamente sobre las ilusiones que traía el productor de recuperarse desde lo económico luego de los años grises. Será también un duro revés financiero para la provincia y el país.