El Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) cerró el año con un crecimiento del 17% en el volumen de ingresos de hacienda.
Según un relevamiento realizado por Infocampo, a esta plaza, durante 2023, llegaron 1,32 millones de cabezas, unas 235.000 más en comparación a las 1,08 millones del año pasado.
Con respecto a la evolución de las cotizaciones, tanto en vaquillonas como en novillitos, los números del MAG demuestra que entre enero y diciembre se triplicaron y terminaron imponiendose a la inflación.
Por el lado de novillitos, el promedio en el primer remate de 2023 fue de $312,5. El máximo llegó a $1.909 (una diferencia de $1.507) y cerró el año en $1.313, una suba de $1.001 con respecto a enero.
En el caso de las vaquillonas, la evolución fue similar. Comenzaron el año en $300, llegaron a un techo de $1.824 (una diferencia de $1.524 con respecto al piso) y finalizaron 2023 con un promedio de $1.245, una brecha de $945 en relación al primer mes del año.
LA HACIENDA, CON DOS SEMESTRES MUY DISTINTOS
El 2023 tuvo dos períodos bien diferenciados, en medio de una sequía que tuvo un fuerte impacto en la actividad. Los campos ganaderos vieron deteriorada su capacidad forrajera y ante este contexto adverso, los productores se vieron obligados a adelantar la salida de hacienda.
Esto se reflejó en algunos de los números del sector, con un engorde a corral que creció, al igual que la faena de los frigoríficos. Pero más allá de este “veranito”, los precios del consumo estuvieron planchados durante buena parte del año, salvo alguna suba de carácter excepcional.
Esta situación se extendió hasta finales de julio, cuando novillitos y vaquillonas promediaban algo más de $500 el kilo. Pero la proximidad de las elecciones comenzó a impactar en los precios y ante la proximidad de las elecciones PASO de agosto, las cotizaciones comenzaron a dispararse.
A dos días de esos primeros comicios, los remates llegaron a superar la barrera de los $670 y en la primer rueda comercial posterior a las PASO -tras la sorpresa que significó el 30% de votos que obtuvo el entonces candidato por La Libertad Avanza, Javier Milei- los valores rozaron los $900. Ese fue el primer tramo de un alza que tras ese pico, llego a finales de septiembre sobre los números previos a las elecciones.
RUMBO A RÉCORDS HISTÓRICOS
La incertidumbre electoral era la tónica en las pasarelas de Cañuelas y marcaba el ritmo de los negocios. En esos días, el público convalidaba en parte los incrementos que indefectiblemente se trasladaban a los mostradores y tras las elecciones generales de octubre y el primer puesto del candidato de UxP, Sergio Massa, los precios tuvieron un leve repunte y tras llegar a los $1.000, se acomodaron sobre los $880.
A partir de este momento, empezaron a confluir una serie de factores que finalmente desembocaron en un consumo que llegó a los $2.000 y llevó a los mostradores de las carnicerías a precios nunca vistos.
Ante el faltante de animales pesados, la exportación comenzó a entrar de lleno en el negocio y en la puja con el consumo, contribuyó al incremento de vaquillonas y novillitos. Y también comenzó a pesar un hecho, advertido por analistas, consignatarios y productores: faltaba hacienda.
A partir de noviembre, los remates en Cañuelas no tenían techo y llegaron –luego de los anuncios del ministro de Economía, Luis Caputo– a superar la barrera de los $2.000 pesos. Se generó algo nunca visto, porque la hacienda de consumo, medida en dólares, cotizaba a U$S 2, cuando históricamente osciló entre $1,20 y U$S 1,40.
El resto es historia conocida. La calle no convalidó estos nuevos valores y en cuestión de pocos días, el consumo pasó de estos precios a promedios que no superan los $.1.600. Por el momento, estas bajas se trasladaron a los mostradores.