Gobernador Maciá es un municipio del distrito Raíces, al Sur del departamento Tala, en el centro de la provincia de Entre Ríos y que se distingue por ser la capital nacional de la miel: de allí que haya productores en la zona que se toman muy en serio la importancia de la biodiversidad.
Es el caso de Fabio Koch, un productor de 47 años que integra la cuarta generación dentro de su familia agropecuaria y que, entre otras cosas, apuesta fuerte al postulado de la agricultura “siempre verde”, con suelos cubiertos durante todo el año, lo que le ha permitido, entre otros logros, reducir en algunos casos hasta cero el uso de herbicidas.
En esta zona del Litoral argentino, Koch trabaja unas 2.000 hectáreas en las que hace “dos cultivos por campaña y, cuando se puede, incluso tres”.
Sin ser agrónomo, es un apasionado de la agronomía. Dice que ser productor es un oficio heredado que ama y disfruta, y siempre lo impulsa a ir más allá: “No solo por mí, también en beneficio de los que vendrán atrás, de nuestros hijos, para dejarles algo mejor de lo que hemos recibido”, cuenta.
BIODIVERSIDAD Y MENOS HERBICIDAS
Esta constante apuesta por una agricultura intensiva llevó a que hoy Koch tenga sembrados en su campo seis cultivos de invierno: vicia villosa es la vedette, pero también se suman dos especies “de moda” por su potencial para la industria de biocombustibles, como camelina y carinata; raigrases y avena para semilleros; y, por supuesto, trigo.
En verano, la rotación se completa con los clásicos soja y maíz, pero también con otras variedades como poroto mung y coriandro.
Para esta tarea cuenta con el apoyo de su asesor, un agrónomo local llamado Víctor Veik, que en su cuenta de youtube asume el compromiso de compartir la información que recaba sobre estos cultivos.
¿El objetivo? Se trata de cultivos alternativos de ciclos cortos que ofrecen cobertura y permiten intensificar las rotaciones de modo de tener cubierto el suelo todo el año.
Así, “al tener el suelo ocupado todo el tiempo, hemos logrado bajar considerablemente el uso de herbicidas y en algunos casos puntuales hemos logrado evitar su uso”, repasa.
Lo mismo sucede con los fertilizantes: “La reducción de insumos también impacta en los fertilizantes nitrogenados, ya que vicia villosa aporta mucho nitrógeno”, afirma.
A CUIDAR EL AGUA
Además, según Koch, la apuesta a una agricultura intensiva tiene que ver también con la necesidad de sumar muchas raíces para mejorar la infiltración, porque los suelos en esa zona de Entre Ríos son difíciles, pesados, muy arcillosos y con muy poca capacidad para retener agua.
“La profundidad del suelo fértil es de apenas 2 a 5 centímetros. Acá la erosión es un verdadero problema”, relata.
Hace más de una década que Koch lleva adelante este esquema de trabajo y agrega: “Se trata de cambiar la estructura y la porosidad del suelo a partir de las raíces. De esta forma logramos que se aproveche mejor el agua de lluvia, que en años normales puede llegar a los 1.200 milímetros”.
COSECHA Y SIEMBRA
En este marco, Camelina fue el primer cultivo que cosechó en esta campaña, con la última cosechadora Claas que adquirió: una Lexion 7600 Terra Trac con cabezal Hera de 42 pies.
Luego será el turno de los raigrases, la carinata, la avena, el trigo, y al final la vicia. Todo lo primero va a soja de siembra temprana, mientras que sobre el trigo y la vicia se siembra el maíz. Ya a fines de diciembre suma algún lote con poroto.
“Producir cultivos alternativos tiene mucho de ensayo y error”, reconoce Koch y aclara que hay poco escrito, por lo que se vuelve necesario hacer un seguimiento estrecho.
ALIMENTO PARA LAS ABEJAS
Por último, Koch también destaca cómo mantener la biodiversidad constituye un gran aporte para fortalecer la fauna benéfica, en un lugar que, como se mencionó, es la capital nacional de la miel.
Debido a que varios de los cultivos que siembra son florales, sus lotes albergan gratuitamente a varios apiarios de la zona. Al florecer en momentos distintos, la sinergia con estos cultivos posibilita que haya producción de miel en épocas no tradicionales.
“A nosotros nos sirve porque los cultivos que hacemos generalmente son deficitarios en la polinización. Con los apicultores nos cuidamos mutuamente. Usamos productos que no alteran la vida de los insectos. También hacemos sinergia con la ganadería, convirtiendo en pastoreo algunos cultivos de cobertura. Está bueno que la agricultura no desplace a las otras actividades”, completa el productor entrerriano.