La puesta en marcha del último “dólar exportador” representó un alivio tanto para el margen bruto de la industria aceitera como para la exportación de poroto de soja, de acuerdo a un relevamiento efectuado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En paralelo, durante noviembre se registró un marcado crecimiento en las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para el maíz de la campaña 2023/24.
De hecho, esto llevó en las últimas horas a la flamante Secretaría de Bioeconomía a cerrar los registros de exportación.
Según la BCR, la posibilidad de liquidar el 50% de las exportaciones a tipo de cambio oficial, pero el restante 50% al tipo de cambio contado con liquidación (CCL), permitió una mejora del margen bruto teórico para la exportación y para la industria de soja. En ambos casos, este margen alcanzó el nivel más alto del último año
“Durante las últimas jornadas, se observa que la relación de precios favoreció relativamente más a la exportación de poroto sin procesar que a la industria”, agregaron.
A LA ESPERA DE DEFINICIONES ECONÓMICAS
Pese a estos mejores números, la BCR advirtió que la operatoria físico de gramos evidenció un escaso volumen de ofertas. “El mercado se muestra cauteloso de cara a implementación de nuevas medidas económicas”, remarcaron.
En este contexto, las DJVE del maíz 2023/24 comenzaron a escalar con fuerza durante noviembre y acumularon 8,6 millones de toneladas.
👉La industria aceitera sigue en su peor momento: caída en la molienda del mes de octubre. pic.twitter.com/lw0qqe7DNW
— Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA) (@CamaraAceites) December 7, 2023
QUÉ PASA EN LA INDUSTRIA ACEITERA
Más allá de este repunte, los números de la industria aceitera siguen en rojo. De acuerdo a la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), la molienda del polo de crushing entre enero y octubre acumuló 23,3 millones de toneladas.
Según la entidad, se trata del menor volumen para dicho periodo de los últimos doce años y marcó una caída interanual de 9,1 millones de toneladas. En este contexto, la capacidad ociosa de la industria no se pudo reducir y continúa en 67%.
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“Hay un alto riesgo que las empresas aceiteras deban cerrar sus plantas para mantenimiento, por un periodo más prolongado que lo normal, adelanto de vacaciones y fuerte caída en la actividad industrial”, advirtieron.
