Hay una coincidencia generalizada en el sector de la maquinaria agrícola argentina: con la incertidumbre política y económica todavía presente, el único factor que genera optimismo y expectativas son las lluvias que se activaron con el fenómeno El Niño.
Sin embargo, desde las empresas consideran que no alcanza solo con que llueva, sino que de una vez se necesita un rumbo claro para la actividad productiva e industrial.
“No es posible que todos los horrores de los gobiernos de turno los arregle la cosecha”, señaló Néstor Cestari, titular de la fábrica de Tolvas que lleva su apellido y expresidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), quien está participando de la feria Agritechnica en Hannover (Alemania).
Allí, mantuvo un mano a mano con Infocampo en el que dejó sus reflexiones sobre el momento actual que atraviesa el país y las oportunidades que hay en el comercio exterior, pese a que asegura que “hoy en día, exportar no es negocio”.
MAQUINARIA AGRÍCOLA: LAS ELECCIONES Y EL CLIMA
-¿Qué expectativas tienen en este regreso de Agritechnica tras cuatro años?
– Participar es muy importante, porque este es una vidriera a nivel mundial. Estar acá es como jugar la Champions League. Nosotros es el noveno año que venimos, y el séptimo que presentamos máquinas. Es un esfuerzo importante en cuanto a tiempo y trabajo, y en la parte económica, pero son inversiones para poder exportar, que no es un negocio de hoy para mañana. Además, con los problemas que hay en Argentina por la última sequía, la falta de créditos, el año eleccionario; todo eso que genera incertidumbre y reduce las ventas. Bueno, las exportaciones a veces también nos ayudan; no sé si son la solución, pero empieza a dar fruto el trabajo de mucho tiempo.
-¿Qué representa el negocio exportador hoy para Cestari?
-Exportamos desde 1994 a Sudamérica y en 1999 iniciamos ventas a Europa. A partir de entonces hemos exportado a los cinco continentes y en todos los países hemos logrado tener continuidad. Y hablo de continuidad, porque por ahí lo importante no es la cantidad, sino poder permanecer año tras año. Quizás prefiero vender menos cantidades, pero que el distribuidor nunca te deje de tener en cuenta durante el año. Porque si uno pierde un mercado, es muy difícil recuperarlo. Y estamos hablando de Argentina, que a menudo es difícil competir, sobre todo en lugares como este donde hay máquinas de todo el mundo.
-¿Cómo es, precisamente, competir con los problemas que tiene Argentina, por ejemplo, con el dólar?
-La realidad, es que hoy es un negocio que no sirve, pero aun así podemos ver el vaso medio lleno. No sirve por todo lo que sabemos: los insumos están a un dólar casi paralelo y cuando ingresas divisas, es a través del dólar oficial. Eso te marca la pauta que si queres actualizar el precio de la divisa oficial a la divisa paralela, te vas de precio, entonces es imposible, el negocio no da. Pero de nuevo: aunque quizás se pierda plata, al cliente siempre te sirve mantenerlo. Porque aunque pierdas un poco, es más caro ir a buscar plata a un banco. Más allá de todo, los que tenemos la posibilidad de exportar, al menos nos mantiene vivos.
-En el plano interno, ¿cuáles son tus sensaciones con el contexto político y económico?
-Expectativas concretas no tengo, porque aún no hay nada claro en lo político. Creo que de acá hasta fin de año no se pueden esperar grandes cosas y luego, quien asuma, tiene el desafío de reestructurar durante los primeros meses, que creo que van a ser duros al menos hasta que comience a levantarse la cosecha. Pero es muy probable que no veamos resultados rápidos. El problema que tenemos es que así cómo están las cosas, ¿quién se amplía? ¿Quién incorpora más equipos de trabajo? Por ahí hay muchas políticas que sirven para la especulación y hay que fomentar el trabajo.
-Más allá de las elecciones, las lluvias parecen generar algo de esperanza…
-Sí, es cierto, al llover cambia la cosa. Pero no es posible que todos los errores y horrores que cometen los gobiernos de turno los arregle la cosecha. Pero guste a quien le guste, se quejan mucho de que el hombre de campo es esto o lo otro, y pueden muchos no ser los más simpáticos, pero son los que hacen que a este país ingresen divisas; y si no lo hacen, estamos sonados.
UN HITO DE CESTARI EN EUROPA
Por otro lado, Cestari también aprovechó para comentar un hito que lograron en su continuidad en el mercado europeo: certificaron la norma CE, que indica que cumple con todos los requisitos esenciales que se aplican en virtud de las directivas comunitarias de la Unión Europea que le son de aplicación.
“Es una reglamentación que se basa en una autodeclaración, en la que uno menciona que su máquina es segura, pero además obviamente tiene que comprobarlo cumpliendo determinadas cosas. Tener ese sello ayuda mucho a continuar con las ventas”, indicó el empresario.
Por ejemplo, mencionó que tuvieron que modificar algunas cuestiones particulares en el ancho y alto de la tolva y en todas sus protecciones hidráulicas, de frenos y de luces, y en las tomas de fuerza.
“Industrias Metalúrgicas Cestari logró la certificación CE en diseño y fabricación de sus tolvas autodescargables para uso agrícola. Declaramos que el diseño y fabricación de nuestros acoplados tolvas autodescargables Cestari es conforme a las disposiciones de las directivas europeas 2006/42/CE”, amplió la compañía en un comunicado.
Y completó: “Hemos dado un nuevo gran paso en el Comercio exterior. Hemos incorporado la marca europea CE sobre todas nuestras tolvas autodescargables. Como fabricantes hemos desarrollado el marcado CE, mientras antes solíamos hacerlo a través de nuestros distribuidores. Se trata de un gran alcance y ganancia a nivel empresa. Y por supuesto una garantía de cara al mercado europeo porque ya no dependemos de un tercero para su manejo”.
¿Un dato particular? El color característico histórico de Cestari es rojo, pero el distribuidor de sus tolvas en Europa les pidió que fuera de su color, un verde claro brillante, que es lo que se ve en Agritechnica.