Las lluvias que alcanzaron en las últimas horas a vastas regiones productivas han significado una buena noticia para los productores agropecuarios, pero no significan que la campaña 2023/24 ya esté encaminada.
En el caso del girasol, por ejemplo, también llegaron tarde para que se pudieran cumplir las proyecciones iniciales de siembra.
Así lo muestran el último Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y el informe mensual de estimaciones agrícolas de la Secretaría de Agricultura de la Nación.
EL GIRASOL, CON MENOS ÁREA
Según la entidad porteña, la siembra de girasol ya alcanzó al 24,6% de la superficie intencionada a nivel nacional, con una demora interanual de cinco puntos porcentuales, como consecuencia precisamente de la falta de agua.
En este marco, redujo por segunda vez su proyección de siembra, ahora en 50.000 hectáreas, para ubicar el cálculo en 1,95 millones de hectáreas.
“La falta de humedad óptima en los perfiles impide que se concrete la siembra del área proyectada en el centro y norte del país”, argumentó.
En el caso del Gobierno, redujo 8,3% su estimación inicial de 2,4 millones de hectáreas, a 2,2 millones; lo que significa 300.000 0 12% menos que las 2,5 millones del ciclo anterior.
“A la fecha se lleva sembrada, a nivel nacional, el 27% de la intención versus el 30% del ciclo precedente, demorada por la situación de déficit hídrico en prácticamente todas las zonas productoras”, coincide el reporte oficial.
Durante octubre, comenzó la siembra en Buenos Aires, La Pampa y Córdoba, en tanto que prosiguió en Entre Ríos (en donde ya se da por finalizada), Chaco, este de Santiago del Estero y centro-norte de Santa Fe.
“Los lotes de girasol implantados se desarrollan en etapas de crecimiento vegetativo (región sur) a principio de floración/floración (región norte) con humedad muy ajustada, en condiciones regulares a buenas en aquellas zonas más favorecidas por las escasas lluvias”, remarca el relevamiento de Agricultura.