La guerra que desató la invasión rusa a Ucrania, en febrero del año pasado, aún sigue llevándose a cabo en el este ucraniano. Los efectos comerciales en materia agroindustrial estuvieron a la orden del día desde que estalló el conflicto.
Tanto Rusia como Ucrania son dos jugadores esenciales en el mercado global de los fertilizantes, el trigo, girasol y aceites.
En ese contexto, un acuerdo de libre tránsito por el Mar Negro para los buques comerciales había sido una válvula de salida para garantizar la estabilidad de precios de esos granos y subproductos en el mundo, como también el abastecimiento.
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Sin embargo la situación, en pleno conflicto bélico, fue un verdadero péndulo entre la libre circulación y el freno al ingreso vía marítima a los puertos de la zona.
LA ACUSACIÓN
Ahora, el Gobierno de Ucrania acusó al de Vladimir Putin de haber destruido al menos unas 300.000 toneladas de granos.
“Este es el intento de Rusia de profundizar la crisis alimentaria en los países que dependen de los productos ucranianos“, afirmó en un comunicado el viceprimer ministro ucraniano, Oleksandr Kubrakov.
La cuenta que realizan en Ucrania parte desde julio de este año, cuando el Kremlin anunció su “salida” del acuerdo de granos que había establecido con Ucrania bajo el seguimiento del resto de las naciones involucradas en las operaciones de logística.
“La Federación Rusa una vez más detuvo efectivamente la Iniciativa de Granos al negarse a registrar los buques entrantes y llevar a cabo sus inspecciones. Este enfoque contradice los términos del acuerdo actual”, habían dicho desde el Gobierno ucraniano al momento de caído el acuerdo.
Según Reuters, los daños en los puertos ucranianos redujeron el potencial de exportación de cereales del país en un 40% . A su vez Rusia atacó puertos en el Mar Negro y el río Danubio.
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EXPORTACIONES RUSAS
A principios de octubre desde el Kremlin remarcaron que Rusia, a pesar de la guerra, mantiene una estimación de cosecha que rondará las 135 millones de toneladas de granos.
“90 millones serán de trigo”, declaró el ministro de Agricultura, Dmitri Patrushev.