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Nutrición en soja: advierten que 70% de la región pampeana tiene deficiencias de fósforo

Lo aseguró Martín Díaz Zorita, especialista en biotecnologías y nutrición de cultivos durante el último Seminario Acsoja que se realizó en Rosario. Las brechas de rendimiento, una preocupación que no cesa.

infocampo

Tanto la agroindustria como el Ministerio de Economía pueden dar fe del enorme impacto que generó la sequía en los últimos meses. El hecho se tradujo en una enorme masa de soja, maíz, trigo y otros granos que no se produjeron, y no generaron ingresos.

En esa misma línea se debatió en el último Seminario de ACSOJA, en la Bolsa de Comercio de Rosario: ¿Cómo incrementar el nivel productivo del agro, sin estar a la espera de lo que dispongan las condiciones ambientales?

Si bien el clima es el que tiene la última palabra, el debate en torno a la fertilización  y el potencial de rendimiento que los productores estarían dejando pasar sigue latente.

“Hay que retomar el camino de la fertilización en soja”, planteó Martín Díaz Zorita, uno de los primeros oradores que tuvo la jornada en Rosario.

POR QUÉ NUTRIR LA SOJA

El profesor en producción de cereales y oleaginosas en Universidad Nacional de La Pampa es ingeniero agrónomo. Cuenta con una maestría en Ciencias Agrícolas y un doctorado en Ciencias del Suelo, y tiene amplia experiencia internacional en diseñar y promover prácticas de manejo de suelos y de nutrición para la producción de cultivos.

Según su mirada, la pérdida actual en rendimientos está a la vista. “Todos los nutrientes son esenciales para el normal crecimiento de las plantas. El fósforo ha caído a razón de una parte por millón por año en los últimos siete años”, planteó.

El 70% de la región pampeana presenta deficiencias en fósforo y limitaciones generalizadas de nitrógeno y azufre”, dijo el especialista.

Martin Diaz Zorita Fertilizar

Por otro lado indicó que ya se detectaron limitaciones localizadas de micronutrientes y de potasio en diversas regiones. Además explicó que actualmente el 60% de los lotes tienen deficiencia de fósforo (P), el 30% presenta limitaciones en potasio (K) y azufre (S) y el 8% en nitrógeno.

Pero no se trata de un problema nacido hace poco, sino que según sus palabras, desde 2018 “existen limitaciones generalizadas de materia orgánica que llevan a deficiencias de nitrógeno, azufre y boro”.

BRECHAS DE RENDIMIENTO EN SOJA

Este mismo año, y en la misma ciudad, el ingeniero agrónomo Patricio Grassini presentó su “Atlas Mundial” de las brechas de rendimiento. Se trata de un trabajo que realizó en la Universidad de Nebraska, Estados Unidos.

En mayo Infocampo, dialogó con él en el Simposio Fertilidad y el especialista explicó el estado actual de la Argentina, y su comparativa ante el mundo.

Un argentino armó el Atlas mundial de las brechas de rendimiento y trajo “malas-buenas” noticias a Rosario

Ahora Díaz Zorita continuó con el mensaje: “Las condiciones actuales de fertilidad y de manejo limitan los rendimientos, pero con estrategias balanceadas de nutrición, la producción podría aumentar del 15% al 23%”.

Además expresó que “para alcanzar altos rindes en soja hay que hacer diagnóstico de limitaciones, correcciones de fósforo, azufre y micronutrientes limitantes según las expectativas de rendimientos logrables”.

Respecto del debate sobre si aportarle o no nitrógeno a la oleaginosa, añadió: Al inocular aumentan los rendimientos en 228 kilos por hectárea, es decir, un 8,1%. La columna vertebral de la nutrición pasa por el nitrógeno. El 8% de los rendimientos están definidos por la inoculación”.

“Hay que nutrir mejor la soja. En soja de primera y de segunda, para el manejo responsable de nutrientes hay que identificar elementos limitantes con un diagnóstico ambientado de suelos, inocular todos los años con rizobios, y aplicar estrategias de fertilización combinada de macro y micronutrientes (P, S, Zn)”, continuó Díaz Zorita.

¿Inocular la soja aumenta los rindes?: los datos de un ensayo sobre fijación biológica de nitrógeno

Por eso llamó a “pensar en forma combinada” y dijo que “los nutrientes no están solos en el manejo y la combinación da saltos en la eficiencia de uso” según estudios.

También recomendó elegir fertilizantes según nutrientes limitantes y colocarlos en el lugar y momento adecuado, aplicando las dosis según las necesidades de crecimiento de los cultivos.

LA IMPORTANCIA DE LA ROTACIÓN

Otra de las voces que tuvo ese primer panel fue la de Silvina Bacigaluppo, investigadora del INTA.

La profesional remarcó que en Argentina hay cosechas en promedio de 2,2 tn/ha en el sur, a 6 tn/ha en la región núcleo.

“Pero el rinde logrado es de 3,2 tn/ha en soja de primera; y en soja de segunda la brecha es de 30%. Esto quiere decir que podemos ganar mucho en producción sin aumentar la superficie”, aseguró.

Su aporte estuvo relacionado a los beneficios de la rotación de cultivos sobre los rendimientos. En concreto, dijo que “el ciclo soja-soja compacta el suelo; con cultivos de cobertura, o con maíz o trigo, los bloques (de tierra compactada) se van desarmando”.

Bacigaluppo precisó que la respuesta de la rotación no fue inmediata, sino que se dio después de algunas campañas. “En los años normales la mejora fue de 16% y en años ‘secos’ fue de más de 40%”, comparó.

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