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Las esquirlas del combate a las malezas: llega un biológico capaz de recuperar los daños por fitotoxicidad

UPL llevó al Congreso Argentino de Malezas su último lanzamiento: OPTIMAT. Los ensayos muestran que logra reducir significativamente los daños producidos por el uso de herbicidas con alta toxicidad o mal aplicados.

infocampo

En en el marco del Congreso Argentino de Malezas que se llevó a cabo en Mar del Plata, la firma UPL hizo foco en la biosolución que presentó durante el Congreso Aapresid, y que permite que el cultivo se recomponga del estrés ocasionado por diversos factores, entre ellos, fitotoxicidad causada por el uso de determinados herbicidas.

Se trata de OPTIMAT, un producto biológico que recompone el metabolismo del cultivo de la soja permitiéndole recuperarse y reducir el impacto en el rendimiento.

Esta tecnología antiestrés puede aplicarse en conjunto con herbicidas post emergentes como Fomesafen, también ante daños por deriva de 2,4-D y en distintas situaciones de estreses abióticos.

PARA FRENAR EL ESTRÉS DE LAS MALEZAS

OPTIMAT es un producto de origen biológico desarrollado por UPL bajo su unidad de negocios NPP -Natural Plant Protection-.

“Además de su potente respuesta, una de las claves de este desarrollo es la estabilidad en los resultados obtenidos en diferentes años, ambientes, variedades, suelos, etc. Esto se debe a que genera reservas bioquímicas para resistir los períodos críticos, regula la apertura y cierre de estomas y el transporte de agua”, indicó Gandolfo.

Y añadió: “A su vez, mantiene activo el sistema de desintoxicación de la planta promoviendo la síntesis continua de glutatión, principal vía de detoxicación de las plantas. También forma complejos con acción antioxidante y equilibra rápidamente el contenido de clorofila”.

Esta potente solución biológica para la recuperación del cultivo de soja a base de extracto de plantas tiene una alta concentración de folcisteína, ácidos fúlvicos y potasio.

LOS RESULTADOS DE OPTIMAT

Según los ensayos realizados por UPL en 34 localidades durante seis años, el uso de fomesafen provoca caída de rendimientos del 6% en promedio en el cultivo de soja. En esos casos, el uso de OPTIMAT permitió recuperar un 6,5% del rinde –lo “perdido” por la afectación del herbicida y un poco más-.

En tanto, en situaciones de estrés por deriva de 2,4-D, la caída de rendimientos promedia el 18% (575 kg/ha) y la recuperación es del 7% (181 kg/ha).

Asimismo, al medir la fitotoxicidad por herbicidas pre emergentes en tres regiones durante la campaña 2018/19, la caída de rendimiento fue de 5,6% (158 kg/ha) y el incremento tras el uso de OPTIMAT del 5,2% (140 kg/ha).

En aplicaciones preventivas, ensayos realizados en 16 localidades en los años 2020/2023 arrojan incrementos del 6,2% (193 kg/ha) de rinde por el uso de OPTIMAT.

“Los estudios realizados indican que con OPTIMAT, en más del 85% de los casos, se logra recuperar al cultivo de manera rentable. Esto habla de su estabilidad y poder de recuperación que se traduce en ganancias superiores a los 60 dólares por hectárea para el productor”, concluyó Gandulfo.

LOS DESAFÍOS PARA CONTROLAR LAS MALEZAS

Por otro lado, Gandulfo dialogó con Infocampo sobre los desafíos en general que enfrenta la industria para frenar la proliferación de malezas, sobre todo de aquellas que desarrollan resistencias a distintos principios activos.

“Obviamente una parte de la respuesta de la solución viene en la anticipación y en la planificación de los planes de siembra, o de qué herramientas yo voy a incluir para hacer una estrategia de control de malezas. Hoy el sistema de producción argentino está mayoritariamente en campos arrendados”, planteó Gandulfo.

“Muchas veces esa definición de esos alquileres, o de que el productor tome el campo ‘un poco tarde’, hace que encuentre un campo del que no conoce tanto su historia”, remarcó.

Por eso señaló: “Ahí ya entramos con una estrategia que tiene que ser más de rescate, de tratar de hacer un buen reseteo de lote”.

Gandulfo indicó que lo que sigue es un tratamiento de emergentes.

“Creo que la clave, más allá de los productos que hoy existen, es que hay buenas alternativas químicas. Lo de anticiparse en el manejo integral del control de la maleza, que no es solamente el herbicida, sino también la toma de decisión de la rotación en los cultivos de cobertura”, apuntó.

“Hoy hay muchas prácticas culturales que vienen a mitigar este impacto. Entonces ahí desde UPL también más allá de la solución estamos trabajando con muchas instituciones para poder llevar una solución más integral”, cerró.

 

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