La llegada de El Niño ya es una certeza: las condiciones del Océano Pacífico Ecuatorial así lo indican y su presencia en la campaña 2023/24 está certificada.
Sin embargo, eso no implica que aún existan incertidumbres sobre cómo se comportará: la intensidad, que hasta hace un mes se preveía como “muy fuerte”, pasó ahora a “moderada”.
¿Qué está pasando con El Niño?
Es precisamente la pregunta que intenta contestar un reporte de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Pronóstico trimestral: con El Niño ya presente, las lluvias seguirán ausentes en muchas zonas
LA INTENSIDAD DE EL NIÑO
Según el consultor en clima de la BCR, Alfredo Elorriaga, las últimas actualizaciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) -un organismo gubernamental de Estados Unidos que es referencia mundial en clima- muestran valores distintos a los que se proyectaban un mes atrás.
Puntualmente, un cambio de intensidad en el fenómeno del Niño, que se presagiaba como “muy fuerte”, y ahora pasaría a ser solo “moderado”.
“El océano no se termina de acoplar con la atmósfera y no se potencia la actividad de los vientos que son responsables del transporte de humedad”, explicó Elorriaga.
Precisamente, el comportamiento de los vientos es otra de las variables que define la intensidad del fenómeno, además de las anomalías de las temperaturas que se miden en el Pacífico Ecuatorial.
IMPACTO EN EL CAMPO
De todos modos, Elorriaga dejó en claro que El Niño va a estar presente durante la campaña gruesa 2023/24: las anomalías térmicas, que son las variables más estables como predictor de los modelos, siguen mostrando un calentamiento muy importante.
“Lo que cambia es la importancia que tendrá este fenómeno ante el resto de las demás variables que determinan las lluvias de la región pampeana. El Niño será una pieza clave para que Argentina cuente con un mayor aporte de humedad, pero otras variables como los efectos regionales, tendrán mayor importancia que hace un mes”, subraya el reporte rosarino.
En otras palabras: el régimen hídrico dependerá de otros efectos que no son posibles de cuantificar a largo plazo.
“Hace un mes se habían presentado algoritmos que mostraban el efecto de un Niño fuerte sobre las lluvias en la región núcleo. Los resultados mostraban lluvias mensuales de octubre a enero que en general superaban a las medias por un 40 a 60%. Hoy con un Niño moderado, las lluvias mensuales proyectadas para dicho período estarían entre un 30 a 40% por encima de lo normal”, completa el informe.