No hay un solo indicador que colabore para sacar a la lechería del pantano: luego del impacto negativo que están sufriendo los tambos al ver incrementados los costos de alimentación de las vacas a raíz del “dólar maíz”, ahora se sumó un derrumbe del precio internacional de la leche en polvo.
Cabe recordar que se trata del principal producto de exportación de la cadena láctea argentina y que es fundamental para determinar la capacidad de pago de las usinas a los establecimientos de ordeñe.
En un contexto complicado en lo macroeconómico, con la lechería que ni siquiera logra formar parte de los beneficios del tipo de cambio diferencial conocido como “dólar agro” ni tampoco de la quita de retenciones anunciada para las economías regionales, una cotización de la leche en polvo en baja conspira para que los tambos tengan un horizonte de rentabilidad y sustentabilidad.
EL PRECIO MUNDIAL DE LA LECHE
Concretamente, en la subasta quincenal de la multinacional Fonterra, conocida como Global Dairy Trade, la leche en polvo entera redujo su valor 8%, hasta U$S 2.864.
De esta manera, por primera vez en tres años perforó la barrera de los U$S 3.000 y se ubicó en su valor más bajo desde mediados de 2020.
CRISIS SECTORIAL
Estos datos se conocen luego de que la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) emitiera un comunicado en el que expresó su preocupación por “las nuevas, aunque reiterativas, medidas del Gobierno Nacional que impactan negativamente en la cadena láctea”.
Durante una reunión de la que participaron productores de las principales provincias lecheras (Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires), “se resaltó el impacto que todavía ejerce la extraordinaria sequía de los últimos años, el aumento de costos que sufrirán los alimentos que consumen las vacas y sus crías, por el incremento del valor del maíz y los núcleos que se importan que forman parte de los alimentos balanceados”, advirtió Coninagro.
Y prosiguió: “Como si esto fuera poco, al no ser considerados una economía regional, sufrimos las correspondientes retenciones y como consecuencia de las mismas dejamos de ser competitivos en todos los mercados extra Mercosur”.
Para la entidad cooperativista, “la situación se hace más complicada aun cuando todavía los productores no se han recuperado de los distintos ‘dólar soja’ que, sobre el fin del año pasado, incrementaron los costos y generaron un déficit que los productores arrastran al día de la fecha”.
“Si el Gobierno sigue aplicando estas medidas parciales que benefician a algunos y perjudican a otros, no podremos dar vuelta la actual situación crítica que padece el sector”, añadió Coninagro.
“UNA PINZA QUE AJUSTA A LA LECHERÍA”
Del mismo modo, en su panorama lechero mensual, la Cámara de Productores Lecheros de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba) alertó que “la presión sobre los precios internos y los derechos de exportación, sumados a la brecha cambiaria y múltiples tipos de cambio (con dinámica arbitraria) configuran una verdadera pinza que comprime a la lechería”.
Así, “se restringe la posibilidad de que la cadena pueda capturar todo el valor que genera”.
“Tenemos que repetir esto, porque a su vez se reiteran las malas políticas que afectan al sector, y por esa vía, al conjunto de la sociedad. Los cambios permanentes en las reglas de juego (encima, malas) generan muchos daños“, completó Caprolecoba.
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— CAPROLECOBA (@CuencaOeste) August 1, 2023