Santiago Bonadeo junto a su familia son los propietarios de la empresa Bonovo, una emprendimiento de gallinas libres de jaula ubicada en la localidad de Cavanagh, en el sur de Córdoba.
Actualmente tienen unas 44.000 gallinas que producen alrededor de 250 maples de huevos por día, recolectados a mano por personal de la granja. A 30 huevos por maple, significa unos 7.500 huevos diarios.
Su sistema promueve el bienestar animal al permitir que las gallinas se muevan libremente y realicen comportamientos naturales, reduciendo el estrés y mejorando su calidad de vida. La distribución comercial se realiza a través de una empresa instalada en la provincia de Entre Ríos, bajo la marca que distingue a su sistema de producción: Gallinas Felices.
“Nacimos como negocio en 2021, aprovechando un galpón abandonado que teníamos en el campo, puesto que antes nos dedicábamos a la producción de pollos de engorde”, cuenta Bonadeo en diálogo con Infocampo.
En este sentido, el proyecto de gallinas libres fue la punta de lanza de un gran emprendimiento que en la actualidad deja rentabilidad bajo un sistema amigable en todo los aspectos.
-¿Cómo se explica el sistema de gallinas libres con el que se iniciaron el 2021?
– Son 44 mil gallinas que no están confinadas en jaula y en contacto permanente con el suelo. Tienen acceso a perchas, nidos y caminan libremente por el lugar, e incluso pueden tomar baños de arena. Los huevos son recolectados a mano todos los días por el personal de la granja. Buscamos un entorno que conserve en las gallinas un estado natural en la medida de lo posible.
UNA PRODUCCIÓN CERTIFICADA
El entrevistado, dice que hay solo cuatro granjas certificadas en el país, bajo las inspecciones de Certified Humane Latino, que producen huevos bajo este sistema que propicia, además de bienestar animal, una mejor calidad.
“Estamos certificados por un reconocido certificador internacional, que nos evalúa anualmente y confirma que contamos con un sistema que cumple con los estándares de bienestar animal”, expresó Bonadeo.
-¿Qué exigen las intervenciones de la empresa certificadora en las visitas a la granja?
– Quienes certifican controlan que las gallinas se muevan libremente y en el contexto de un comportamiento natural. Ven que socialicen entre sí y que tengan todas las condiciones requerida por la certificación. Se controla el número de bebederos, los comederos, el espacio que tienen para caminar, entre otras cuestiones.
-¿Tuviste miedo con la Influenza Aviar y sus efecto en el país?
– Por supuesto que sí. Observábamos cómo estaban los datos oficiales y cómo avanzaba la enfermedad en la Argentina y nos preocupaba. Incluso hoy también. Por lo tanto hay que tomar medidas de bioseguridad de manera constante, que las gallinas no estén en contacto con aves silvestres y evitar el ingreso de roedores.
-¿La alimentación de las gallinas es fundamental en este sistema?
-Es muy importante y por eso elaboramos nuestra propia comida. Tratamos de proporcionar una dieta libre de cosas que sean lo más natural posible. Además, le brindamos la cantidad de calcio que necesitan, los minerales y las vitaminas que requieren a diario para producir un huevo de calidad.
Santiago Bonadeo
-Cuantos galpones tienen operativos en la actualidad?
-Si bien comenzamos con un galpón que restauramos y adaptamos al sistema, hoy contamos con cuatro unidades en la granja. Eso nos permitió ampliar el espacio para las gallinas y poder llevar a cabo el proyecto con absoluta lógica.
GALLINAS LIBRES Y HUEVOS FELICES
Está comprobado que son más ricos y nutritivos, sus yemas son bien anaranjadas, con un sabor intenso y la diferencia se hace sentir. Los huevos de las “gallinas felices” tienen mucha más calidad que los tradicionales.
“Son huevos con mayores propiedades nutricionales, tiene un mejor color, mucho más sabor y mejor textura”, asegura el titular del emprendimiento, quien argumentó que su producción, se distribuye en gran parte del país, mediante una empresa que lo comercializa bajo la marca de Gallinas Felices.
-¿Podemos decir que se asemeja más al huevo de campo?
-Exacto. Y por ese motivo tenemos una demanda muy importante en la Argentina. Cada vez más consumidores requieren este producto, ya no solo en el país, sino también en el mundo. Gracias a la empresa con la cual trabajamos, hoy estamos exportando nuestros huevos a Chile.
-¿Pensas que este tipo de alternativas productivas es lo que se viene a nivel global?
-Estoy convencido de eso. Creo que las personas son cada día mas conscientes de la necesidad de cambiar sus formas de producción para ser más sostenibles y más naturales. Es algo que comenzó a demandar el mundo y es muy rentable si los emprendedores lo tomas seriamente.
-¿Y qué hay de los consumidores: están a la altura de estos productos?
-La demanda de producciones certificadas definitivamente está en aumento, y como empresarios debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para satisfacerlos de la mejor manera. Por eso debemos apostar por producciones certificadas.
PROYECTO QUE MUCHOS PUEDEN IMITAR
Según Bonadeo, no hay límites para que los productores que quieran incurrir en este tipo de producción puedan hacerlo.
“Cuando viajo por las rutas de nuestro país, visualizo muchos galpones de pollo que están abandonados. Esos sitios se adaptan muy bien a este tipo de enfoques. Si pensamos que la estructura es lo más costoso, en esos ejemplos tenemos una posibilidad palpable”, advirtió.
Consultado sobre la posibilidad de incrementar su emprendimiento, destacó que está en proyecto. “El auge del consumo de huevos de gallinas felices nos anima a ampliar nuestra empresa y proyectarla hacia el futuro. Realmente queremos crecer y fortalecer este sistema”, manifestó el propietario de este emprendimiento ubicado en el departamento Marcos Juárez, en Córdoba.
