La faena bovina alcanzó a 1,29 millones de cabezas en marzo, lo que significa un crecimiento del 12,5% en relación al mismo mes del año pasado, según un informe elaborado por el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC.
De esta manera, el primer trimestre cerró con una faena de 3,54 millones de bovinos, con un aumento interanual también del 12,5% frente a los 3,14 millones del inicio de 2022.
En este contexto, entre las cifras aportadas por el Consorcio ABC, enciende una luz amarilla la referida al porcentaje que representaron las hembras en la faena: 46,8% del total, superando con creces el 45,3% de 12 meses atrás.
Vale recordar que proporciones por encima del 46% suelen considerarse como liquidación de vientres.
En el consolidado del primer trimestre, también se advierte un incremento en la cantidad de vacas y vaquillonas sacrificadas: del 45,2% entre enero y marzo de 2022 a 45,9% en la actualidad.
En valores reales, “en los primeros tres meses de 2023, se remitieron a faena 202.800 hembras más que en el mismo periodo del año anterior”, precisó el Consorcio ABC.
EFECTO SEQUÍA
Según fuentes del mercado cárnico, es usual que en esta época del año la faena de vacas suba por las renovaciones de planteles, pero este año la sequía anticipó todos los procesos.
“Las condiciones climáticas adversas que han afectado a gran parte de las áreas de cría y engorde de ganado bovino han propiciado una oferta inusualmente alta de vacas en el período, generando una mayor disponibilidad de materia prima para ser procesada con destino a exportación”, agregó el Consorcio.
Los problemas son dos y se combinan: no hay forrajes en los campos para las recrías, por lo cual cualquier vaquillona o vaca con algún problema es descartada, para achicar cargas.
Y en paralelo, el precio de la hacienda, si bien repuntó en el primer trimestre, ahora ingresó en otro período de retraso y no logra cubrir los costos de recurrir a una mayor suplementación con granos o silajes.
“El flojo escenario hace que se envíen vaquillonas a faena, porque no hay pasturas para retener vientres. Y tampoco hay escenario de precios favorable como para arriesgarse a alimentar con silos o granos”, resumió un experto del sector ganadero.