Uno de los grandes temas que ha puesto sobre el tapete la dura sequía que sufre la Argentina es la necesidad de ampliar la cantidad de hectáreas bajo riego, que apenas llegan a 500.000 en todo el país, cuando se estima que como mínimo hay 6 millones en las que podría una opción rentable y sustentable utilizar esta tecnología.
Pero eso es solo contando el área cultivable actual: existen numerosas zonas del país, hoy improductivas, pero que podrían sumarse al paisaje agrícola si se instalaran equipos de irrigación.
El gran problema en esos territorios es la falta de energía. Por eso, durante Expoagro, una empresa estuvo presentando su oferta de equipos y bombas de riego que se alimentan con paneles solares y que podrían ser una solución al respecto.
Efecto sequía: crecen las ventas y las consultas por equipos para riego
Como ampliar la frontera agrícola, y además adicionar tecnología productiva, son aspectos esenciales para el crecimiento del sector agropecuario argentino, este fue uno de los temas abordados durante un nuevo Momento IVECO en la feria realizada en San Nicolás.
RIEGO SOLAR
Matías Cortada es el CEO y Cofundador GVS Solar, una empresa que comenzó en 2017 con el propósito de desarrollar energías renovables para el agro y que ya ha logrado un fuerte salto: tras crecer en Argentina, recibió una inversión por parte de una firma especializada en el tema de Estados Unidos, y se prepara para llegar a Uruguay, Brasil y México.
“La gran ventaja de nuestros productos es la oportunidad que tiene el productor de independizarse de la fuente de energía. Todos saben la dificultad de lidiar con un equipo diésel, porque hay que proveerse del combustible de manera permanente; o lograr contar con red eléctrica, algo que en general está alejado del grueso de los campos argentinos”, relató Cortada.
Con “independizarse”, se refiere precisamente a que la posibilidad de contar con energía no dependa de que el Estado realice una obra de infraestructura, como por ejemplo un tendido eléctrico.
A partir de allí, es donde ve una oportunidad no solo de aprovechar mejor el universo geográfico productivo actual, sino conquistar más tierras para expandir la frontera agrícola.
“En Argentina, menos del 5% de la superficie cultivable está bajo riego. Se podría crecer 5 veces, y más todavía con sistemas descentralizados de generación. Hay zonas que tienen capacidad de suelo y agua, pero no tienen energía. Pero sí tienen buena radiación solar. Entonces se podrían poner en valor más áreas distintas del país”, insistió Cortada.