En los últimos cuatro meses, los productores tuvieron que vender más soja y maíz para comprar cosechadoras y tractores.
De acuerdo a un informe elaborado por la consultora AZ Group, la relación actual entre el valor de estos granos y el valor de los implementos exhibió un encarecimiento en términos de intercambio.
Si bien el valor internacional de los granos es elevado y sostenido, las cosechadoras han subido su valor en aproximadamente un 10 % en dólares durante los últimos cuatro meses. “Aun así, tal relación de intercambio es ventajosa respecto de los valores históricos analizados, desde junio de 2019”.
De acuerdo al informe, en junio de 2020 la relación mostró el máximo en cuanto a toneladas de granos necesarias para comprar una cosechadora.
Según estimaciones privadas, el año cerrará con un incremento en las ventas del mercado interno que oscilará entre un 5% y 10%, por debajo de las expectativas que los fabricantes tenían a comienzos de 2022.
La combinación de sequía y falta de acceso al crédito fueron los principales factores que impactaron en la comercialización. En el caso del mercado externo, se esperan un aumento de 30% en comparación al año pasado, a partir de la recuperación de mercados en América Latina.
GRANOS POR IMPLEMENTOS
En noviembre, los productores necesitaban 2.400 toneladas de soja para comprar una cosechadora clase 8, mientras que en junio eran 2.100 toneladas. En máquinas de menor porte, la diferencia es similar.
En el caso de tractores, para adquirir una unidad de 230 CV, el costo medido en soja eran 600 toneladas en noviembre, contra 550 toneladas en junio. Si se compara con junio de 2020, el número era mucho más elevado: se requería 5.200 toneladas.
Si los productores optan por vender maíz, también hay diferencias. Para una cosechadora de clase 8, entre junio y noviembre se pasó de 3.400 toneladas a 4.000 toneladas, mientras que en tractores de 230 CV el número creció de 850 toneladas de grano amarillo a 1.100 toneladas.