La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) publicó este lunes su índice trimestral de participación del Estado en la renta agrícola, que arrojó que el 61,3% de lo que genera una hectárea se lo llevan los tres niveles de Gobierno.
Este porcentaje es levemente inferior al 61,5% que se había medido en el segundo trimestre, una baja “traccionada por una leve mejora en los rindes esperados en soja para la campaña 22/23 en base a las primeras estimaciones de la campaña gruesa”, mencionó FADA.
En concreto, al interior de cada cultivo, la participación del Estado en la renta de la soja se redujo (en este cálculo teórico) del 68,4% al 67,7%, y en el maíz, del 53,9% al 53,4%. En cambio, en trigo subió del 50,4% al 50,9%, y en girasol pasó del 44,8% al 49,9%.
MENOS PESO, PERO MÁS APORTE
No obstante, en un contexto inflacionario, que el Estado participe menos en la renta agrícola no significa que una hectárea pague menos: por el contrario, en impuestos nacionales, la soja aumentó su aporte de $ 89.986 por hectárea a $ 104.056; el maíz, de $ 54.480 a $ 69.264; el trigo, de $ 38.069 a $ 41.527; y solo el girasol bajó, de $ 42.693 a $ 34.357.
“Aquí queda claro que una mejora de precios o una mejora en los rindes, se traduce automáticamente en un mayor nivel de recaudación fiscal, principalmente de impuestos nacionales como derechos de exportación e impuesto a las ganancias que tiene una correlación directa con los ingresos y la rentabilidad”, puntualizó FADA.