En un escenario de retracción en el comercio exterior de carne vacuna, la industria frigorífica reclamó por medidas para mejorar la competitividad del sector.
Entre otros puntos, advirtieron por regulaciones internas, retraso cambiario, retenciones y demora en el pago de reintegros.
“Hay regulaciones internas que complican la concreción de los negocios que tanto requieren el sector y la economía argentina para su desarrollo”, señaló Daniel Urcía, vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra). Cabe recordar que el Gobierno nacional mantiene vigente la prohibición de exportación de un listado de siete cortes parrilleros de vaca.
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La entidad también puso la lupa sobre la actualización de los precios de referencia para las exportaciones. “Esperamos que lo antes posible se publique la norma de parte de las autoridades nacionales con las modificaciones correspondientes”, señaló.
EL “DOLAR CARNE” NO RINDE
Con respecto a los derechos de exportaciones, que son de 9% para esta cadena de valor, el directivo consideró que son un obstáculo al desarrollo de la carne vacuna.
“El dólar carne, cuando se descuentan las retenciones apenas supera los 135 pesos”, explicó. También remarcó las dificultades que genera en la rentabilidad del negocio la demora en varios meses para el pago de reintegros en exportación.
“Todo esto no hace más que complicar el negocio. Mientras tanto, nuestros competidores como Uruguay y Brasil, siguen exportando porque cuentan con mejores condiciones de competitividad y política de fomento de la inserción de este alimento en los mercados internacionales”, dijo.
QUE PASA EN LOS MERCADOS INTERNACIONALES
En los últimos dos meses, los precios internacionales muestran una tendencia a la baja. “En el caso de Europa, el encarecimiento de la energía eleva el costo de vida lo que hace que sus ciudadanos deriven una porción mayor de su ingreso a ese rubro y reduzcan el poder de compra de otros, entre ellos el de los alimentos y eso impacta en la capacidad de pago de los importadores”, analizaron desde Fifra.
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Por el lado del mercado chino, que concentra casi el 80% de los despachos argentinos, también se percibe un menor poder de compra, a partir de la crisis económica que se reflejó en una devaluación del yuan.
Además, se registró una caída en el consumo interno, a causa de de la política de control del Covid que extendió las cuarentenas en ciudades muy importantes. “La baja en los precios de este mercado ronda el 40% y 50%“, calcularon.
