Este 18 de agosto, se está conmemorando a nivel internacional el Día de la Prevención de Incendios Forestales, justo en una época en que la amenaza de estos sucesos suele crecer porque vastas zonas en Argentina están en su estación seca, y los fuertes vientos invernales potencian cualquier acción de las llamas.
La efeméride llega, además, en medio de la polémica que se suscitó en las últimas semanas tras la reactivación de focos ígneos en el Delta del Paraná, con el humo que afectó a Rosario y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
En paralelo, vale recordar que en el verano, algunas provincias como Corrientes y Misiones, vivieron uno de los mayores perjuicios ambientales de su historia por la sucesión de incendios.
En este contexto, la Asociación Forestal Argentina (AFOA), junto a la Red de Manejo de Fuegos Rurales –una entidad conformada por siete asociaciones de manejo del fuego rural– consideraron importante tomar esta fecha como una oportunidad para dar un “mensaje imprescindible”, según señalaron a través de las redes.
En concreto, pidieron una “estrategia integral” para el manejo de fuego, al recordar que evitar los graves daños de los incendios incluye múltiples aspectos: la supresión de los mismos, una vez iniciados, solo son el 20% de las acciones necesarias. “Para una estrategia efectiva, el 80% sucede antes o después del evento”, remarcó la Red.
…la preparación de los elementos necesarios previo al fuego (presupresión); la reacción, con acciones de supresión; y la recuperación posterior, que incluye la rehabilitación de los espacios incendiados. pic.twitter.com/kYekkx57Ej
— AFOA (@AfoaArg) August 18, 2022
Según su mirada, estos conceptos se resumen en la Rueda de Gestión Integrada del Fuego, realizada por Working on Fire, empresa que tiene la responsabilidad del manejo del fuego en Sudáfrica.
Las etapas de intervención son cuatro:
- La reducción del riesgo (prevención)
- La preparación de los elementos necesarios previo al fuego (presupresión)
- La reacción una vez iniciado el incendio, con acciones de supresión
- La recuperación posterior, que incluye la rehabilitación de los espacios incendiados.
EN EL NORTE DE CÓRDOBA
En paralelo, en Córdoba, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), dio a conocer los detalles de su plan de prevención de incendios para el norte; fundamentalmente el noroeste serrano, que en 2020 sufrió el peor desastre ambiental en 30 años, con más de 340 mil hectáreas arrasadas por las llamas.
Bajo el título “Desarrollo de un Sistema de Gestión Integral de Incendios en Córdoba”, se enmarca un esquema de trabajo articulado en el que los extensionistas del INTA son los gestores principales.
“Hay 3 componentes: el primero es capacitar a los productores y habitantes; el segundo, relevar información a campo, obtener datos y elaborar un diagnóstico de las capacidades locales para hacer frente a los incendios; y el tercero, que es transversal, es el organizacional, que implica combinar esfuerzos entre las entidades, instituciones, bomberos y pobladores”, indicó Nicolás Mari, quien se desempeña en la Agencia de Extensión de INTA en Cruz del Eje; pero además es auxiliar de Bombero con base en La Cumbre y tiene una Maestría en Aplicaciones Espaciales de Alerta y Respuesta Temprana de Emergencias.
Prevención de incendios en el Norte de Córdoba 🔥
Bajo el título “Desarrollo de un Sistema de Gestión Integral de Incendios en Córdoba” se enmarca un plan de trabajo en el que los extensionistas del @IntaCordoba son gestores principales.
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— INTA Manfredi (@IntaManfredi) August 16, 2022
Estos tres aspectos combinados son los que pueden garantizar una mejor gestión de este problema. “Si se capacita a la gente para que sepa con qué cuenta y empieza a tomar conocimiento de las condiciones en que vive y los recursos que tiene a mano; y además se le enseña cuestiones básicas de seguridad personal, se puede prevenir mejor. Y llegado el momento no deseado, ese conocimiento facilita la tarea de las fuerzas”, graficó.
Para Mari, además, una herramienta fundamental es el asociativismo: “Debemos fomentar la idea de los consorcios de prevención de incendios, que es un término que nosotros hemos acuñado, impulsar la organización de los vecinos rurales y de los productores, y en un estamento más estructural, tiene que aceitarse la articulación con las instituciones”.
En la práctica, otro aspecto esencial que mencionó Mari fueron las picadas “corta fuego” perimetrales. Afirmó que si bien en Córdoba había cierto recelo respecto a estas acciones, para que no se interpretaran o motivaran desmontes, ahora la situación se ha flexibilizado.
En concreto, sin pedir permiso, un productor puede mantener limpio su alambrado hasta una distancia de 15 metros. Es decir que, si el productor vecino se pone de acuerdo, se puede generar una brecha de 30 metros para cortar el fuego.
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