El ex presidente de la Nación, Mauricio Macri, participó este jueves en el 30° Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), con declaraciones elogiosas hacia el sector agropecuario.
“Si hay algo en lo que realmente competimos para ser los mejores del mundo es con el campo, a través de la producción de alimentos y ahora también desde el punto de vista ambiental, con esta técnica (por la siembra directa) que contribuye a disminuir el cambio climático”, destacó.
MIRÁ Macri: “Es triste ver cómo no dejan trabajar al campo”
En rigor, Macri aclaró que está participando como titular de la Fundación FIFA y no como “candidato a nada”, para presentar un acuerdo con la firma UPL para disminuir las emisiones de carbono en mil millones de toneladas hasta 2040.
De todos modos, aprovechó para mencionar que este programa permitirá generar créditos de carbono por U$S 15.000 millones para los productores, “salvo en países que tienen retenciones o impuestos raros que impiden el desarrollo de las comunidades”, disparó por elevación.
IMPUESTO DESTRUCTIVO
Luego de participar de la charla en la que UPL y Fifa Foundation relataron su acuerdo, Macri ofreció una conferencia de prensa en la que, si bien trató de evitar comentarios de índole político, no pudo evitar hacer algunas referencias a la realidad del país y las perspectivas a futuro.
Ante la consulta de Infocampo en relación a las retenciones y si es posible que en un posible retorno de Juntos por el Cambio al Gobierno se implemente una quita de las retenciones, Macri afirmó que “ese tiene que ser el camino”.
Argumentó al respecto que “no es un impuesto constructivo, y es lo que no permitió avanzar en la expansión de la frontea productiva para producir más y de manera sustentable”.
“Son impuestos que tienen que desaparecer, no hay forma de lograr una producción con sustentabilidad si no”, completó.
Bajo este análisis, insistió en su orgullo por el campo argentino, debido a que “fue uno de los pocos sectores que sostuvo competitividad tras décadas de apostar a ideas erróneas”, y porque “con reglas claras podemos producir alimentos no para 400 millones, sino para 800 millones de personas“.