El cierre del mercado de Chicago este viernes arrojó un balance semanal negativo para todos los granos cuyo precio son mirados con especial atención desde Argentina.
En la comparación diaria, la soja finalizó con una leve alza de 0,73 centavos de dólar para el contrato a septiembre, luego de la fuerte recuperación del jueves, cuando sumó más de U$S 20 en un día.
De esta manera, se posicionó en U$S 537,65 la tonelada. Sin embargo, la pronunciada baja de los primeros días de la semana no llegó a ser revertida, y por eso el balance semanal fue negativo en 1,61%, en relación a los U$S 546,47 del viernes pasado.
Estos vaivenes obedecen a las expectativas que van mejorando o empeorando en Estados Unidos, donde hay muchos territorios que necesitan lluvias.
“El juego de los especuladores en torno del clima sigue su curso, mientras los cultivos definen su potencial de rinde. En pleno mercado climático, la volatilidad es el bien más preciado por los administradores de los fondos”, sintetizó la consultora Granar.
MAÍZ
En cuanto al maíz, también el saldo diario fue positivo, pero el balance semanal levemente bajista: los U$S 240,24 de este viernes están 1% por debajo de los U$S 242,61 de siete días atrás.
Las subas del día estuvieron vinculadas a compras de los fondos y a la chance de que el tiempo caluroso y seco sobre el oeste del Medio Oeste y sobre el este de la zona central de las Grandes Planicies, deje secuelas sobre el potencial de rinde de las plantas de esa región.
Del otro lado, la tónica alcista encontró un techo en la salida desde Ucrania de tres buques cargados con maíz, por un total de 58.000 toneladas y con rumbos hacia Irlanda, Reino Unido y a Turquía.
TRIGO
Por último, el trigo fue el de peor balance semanal: bajó 4% en Chicago, hasta U$S 285 la tonelada, desde los U$S 296,77 del viernes anterior. En Kansas, la caída fue similar: del 3%, hasta U$S 311,65.
“La noticia de la salida de tres barcos cargados con granos desde Ucrania, tuvo influencia sobre el mercado, pese a que de los cuatro buques despachados desde la firma del acuerdo de Estambul, ninguno salió con trigo. Quizás, los operadores comienzan a naturalizar el hecho de que –con más o menos celeridad– las cargas comenzarán a fluir, lejos de la normalidad, sí, pero, intentando descontar parte del tiempo perdido, justo cuando ingresa la nueva cosecha de trigo”, indicó Granar.
