La superficie sembrada de girasol 2022/23 será de 2 millones de hectáreas, de acuerdo a un relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
En relación a la la campaña previa, representa un incremento de 300.000 hectáreas o 17,6%, y una expansión del 19,6% con respecto al área promedio implantada de las últimas cinco campañas.
A partir del conflicto en la región del Mar Negro y la caída de Rusia y Ucrania como proveedores de aceite, la intención de siembra en Argentina mostró un mayor interés. Pese a la baja en la cotización de los últimos meses, la relación de precios sigue siendo favorable para los productores, al momento de decidir la campaña.
Pero según la bolsa porteña, existen algunos factores que pueden limitar esta expansión girasolera.
SEMILLAS Y SEQUÍA
El primer obstáculo es la disponibilidad de semillas. “Los colaboradores informan un prematuro agotamiento de los materiales disponibles, que sería consecuencia de la fuerte restricción hídrica que atravesó el ciclo de la oleaginosa e impactó negativamente en la producción de semillas”, explicaron.
Ante este escenario, destacaron que la posibilidad de importar semillas podría cubrir, al menos parcialmente, la demanda actual.
MIRA: Estiman que la siembra de girasol crecerá casi 40%
El segundo factor es la evolución de las lluvias, sobre todo en el sur del país, donde faltan dos meses para el inicio de la ventana de siembra.
Con respecto a las dificultades para acceder a insumos y combustibles, el informe de la BCBA destacó que el cultivo tendría una menor afectación, debido a la menor intensidad en el uso de tecnología, en comparación con otras alternativas.
COMO FUERON LAS ÚLTIMAS CAMPAÑAS
En los últimos ciclos, la oleaginosa se perfiló como una alternativa rendidora, a partir de su buen desempeño en condiciones limitantes de humedad.
La nueva campaña del girasol presenta una serie de desafíos en este apartado, a partir de la falta de lluvias, Además de una muy baja reserva hídrica en el perfil, se registra menor contenido de humedad en el estrato superficial de los suelos.
Informe Girasol BCBA by Andres Lobato on Scribd
“Esta situación afecta especialmente las zonas primicia del cultivo, que no disponen de tiempo más allá de septiembre para esperar a la reactivación de las lluvias”, advirtieron.
Las proyecciones climáticas indican que en septiembre se registraría una reactivación de las precipitaciones, que cubrirían la franja este del centro y sur del área agrícola. Este escenario favorecerá la implantación de los últimos lotes del centro-norte de Santa Fe y recargará los perfiles en el sudeste del área agrícola.
LAS OPORTUNIDADES DEL ACEITE
La invasión de Rusia a Ucrania puso en riesgo el 80% de los envíos de este producto al mercado mundial, situación que se reflejó en aumentos sin precedentes en su cotización internacional. En los meses posteriores, los despachos desde el Mar Negro empezaron a estabilizarse y las estimaciones de exportaciones se reacomodaron.
Pese a este nuevo escenario, la BCBA remarcó que “las cotizaciones se mantienen en niveles históricamente altos“.
En este contexto, la menor producción de aceite de soja en Argentina, y el mayor destino de
aceites para la producción de biocombustibles se perfilan como posibles factores alcistas en el mediano plazo.