En un contexto de caída en el consumo de carne vacuna y precios que no aflojan en los mostradores de las carnicerías, los eslabones intermedios del negocio manifestaron su desacuerdo con la política tributaria para el sector.
Según explicaron desde la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sigue sin resolver uno de los problemas centrales del negocio: poner en regla a las carnicerías.
LA PRESIÓN IMPOSITIVA IMPIDE EL TRABAJO NORMAL DE LOS MATARIFES
El vicepte. de CAMyA explicó en @mercadovision que la AFIP redobló las inspecciones sobre los matarifes. “Necesitamos que nos dejen trabajar, tenemos todo correcto y pagamos nuestros impuestos adelantados”, remarcó. pic.twitter.com/U89ajfRXTS
— CAMYA (@CAMyAok) July 7, 2022
“Esta situación pone en peligro la continuidad del trabajo de un amplio universo de pequeños y medianos matarifes y abastecedores”, advirtió Leonardo Rafael, presidente de la entidad. En diálogo con Infocampo, agregó: “No sabemos a quien facturarle”.
Rafael destacó que el sector se encuentra en regla y pagan todos los impuestos. En paralelo, calculó que un 80% de las carnicerías en la zona del Gran Buenos Aires están fuera del radar impositivo.
EL ESCENARIO DE PRECIOS NO AFLOJA
Más allá que el consumo de carne se encuentra en las cifras más bajas de los últimos años, los precios en el Mercado Agroganadero de Cañuelas no aflojan. “Mientras las ventas en carnicerías caen, los clientes no pueden convalidar más aumentos de precios”, sostuvo el directivo.
De acuerdo a estadísticas de CAMyA, el precio de la media res que los matarifes venden a los carniceros tuvo una suba de casi 30% en el transcurso de 2022. Esta situación, sumada a las constantes subas de la hacienda en pie, genera una presión constante sobre los valores de venta al público en las carnicerías.