Luego del reporte sobre stocks y existencias publicados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el trigo se llevó la peor parte en el mercado de Chicago, con una caída de U$S 17 la tonelada para la posición julio, hasta posicionarse en U$S 319,21.
En Kansas, en tanto, el cereal perdió U$S 13,41 y se ubicó en U$S 348,61.
De todos modos, según la consultora Granar, estas caídas no obedecieron al reporte del organismo estadounidense, pero sí continuó soplando en contra un viento proveniente del Hemisferio Norte: el avance de la cosecha en esas latitudes, que alivia las tensiones con la demanda.
En ese sentido, se destacó una licitación que realizó Egipto para comprar 825.000 toneladas para embarques del 1° de agosto hasta el 15 de octubre, y recibió ofertas por más de 2,5 millones. Terminó pagando un valor de entre U$S 430 y U$S 440 la tonelada (flete incluido), por debajo de los U$S 480 que había abonado a principios de junio.
Toda esta situación “puso a los operadores a elucubrar con que, quizás, las existencias del grano fino no eran todo lo acotadas que se suponía. Entonces, y en medio de una ola de ventas de los especuladores con epicentro en el maíz, la liquidación de posiciones también comprendió al trigo”, explicó Granar.
En tanto, “otro tema que tiene potencial bajista para los precios del trigo es la posibilidad de que Rusia modifique el esquema de impuestos a las exportaciones de granos y que estos se tornen mucho más bajos, lo que favorecería las ventas externas frente a una producción 2022/2023 que se prevé récord”.
SOJA Y MAÍZ
La reacción del mercado en relación a la soja, en tanto, sorprendió porque los números del USDA fueron alcistas: redujo la siembra 2022/23 a 35,74 millones de hectáreas, desde las 36,81 millones de su reporte anterior; e incluso una cifra por debajo de los 36,6 millones que preveían los analistas privados.
No obstante, la mayoría de los contratos cerraron en baja, salvo el de la posición julio con una ganancia marginal de U$S 0,28, para alcanzar los U$S 615,46.
“La razón de las pérdidas –los contratos septiembre y noviembre perdieron 7,17 y 7,44 dólares, respectivamente– habría que buscarlas en la decisión de los especuladores en desacelerar su apuesta por la oleaginosa. Y quizás en ello hayan tenido que ver las lluvias previstas para el resto de la semana sobre áreas agrícolas del Medio Oeste y los augurios de precipitaciones mayores a las marcas normales en los extendidos de 8 a 14 días”, intentó interpretar Granar.
En cuanto al maíz, los datos del USDA fueron neutrales, ya que no implicaron grandes cambios ni visibles diferencias respecto a los operadores privados. Pero eso no impidió que acabara la jornada con una baja de U$S 10,43 y nuevamente por debajo de los U$S 300 la tonelada (U$S 292,80).
“Los precios del maíz terminaron la rueda de Chicago con fuertes pérdidas, sobre todo para las posiciones correspondientes a la campaña 2022/2023, con una importante actividad vendedora de parte de los grandes fondos de inversión. La actitud de los especuladores pudo haber estado más relacionada con la intención de achicar su posición frente a los temores de recesión en la economía estadounidense”, indicó Granar.
