El Movimiento CREA hizo un balance parcial sobre el avance del negocio lechero en lo que corre del año 2022.
Entre los aspectos destacados, este agronegocio, al igual que un semáforo, tiene señales rojas, amarillas y verdes.
Comenzando por las alarmas y dejando para el final los aspectos más auspiciosos, el informe del negocio lechero del Movimiento indica que, en el corto plazo, se espera una leve caída de las producciones como consecuencia de la sequía que afectó a diferentes regiones productivas.
También se registró una baja en los niveles de facturación (reducción de la venta de productos lácteos) y los precios pagados al productor crecieron por debajo de la inflación.
DATO: La producción de leche para el primer bimestre del año fue de 1,74 millones de litros, similar al volumen para la misma época del año de 2021 y un 9,2% mayor respecto al promedio de los últimos 5 años.
En lo que hace a las advertencias, se registró un aumento de los costos productivos (principalmente, en el rubro alimentación). La relación de precios y costos es la más baja del último año (es decir, se necesita más leche para pagar insumos).
Asimismo, esto comienza a notarse en el análisis financiero mediante el incremento de los días de endeudamiento en el corto plazo (varió de 31-32 días en noviembre 2021 a 35 días en marzo).
DATO: Hacia marzo de 2022 se produjo un aumento de los costos de producción del 20% dado por el aumento de los valores locales e internaciones de los granos e insumos. Esto impactó en la época de siembra de los verdeos.
Finalmente, entre los datos más favorables, están los precios internacionales auspiciosos que ayudaron a la compensación de la merma en las exportaciones.
En la perspectiva, se espera que el valor de la leche en polvo a nivel global siga disminuyendo, pero igualmente se mantendrá con cifras superiores a los promedios de los últimos cinco años (4.300 dólares por tonelada versus 3.000 dólares en el histórico). La duda surge sobre el impacto y el devenir del conflicto bélico entre Rusia y Ucrani.
DATO: Argelia, Brasil y Rusia aumentaron su participación en las exportaciones argentinas.