En el primer episodio del ciclo de webinars de Inteliagro de 2022, con un formato interactivo en el que participaron más de 70 asistentes, se abordaron temas clave para tomar decisiones en el negocio agropecuario, como el conflicto entre Rusia y Ucrania, la sequía e inflación de Estados Unidos y la alta volatilidad que tiene el mercado de granos, en un contexto de fuerte suba de los insumos.
El primer analista en participar del webinar fue Dante Romano, analista de mercados y profesor del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral Rosario. Su intervención estuvo vinculada a la situación internacional y cómo impacta el contexto en los precios de granos y en las decisiones del productor argentino.
Según Romano, la campaña 2021/22 tuvo la particularidad de tener precios de insumos muy bajos, por lo que los resultados esperables son buenos, muy buenos o excelentes. Además del precio bajo de los insumos, se sumó el factor de liquidez de los productores: al no tener otra posibilidad de pasarse a dólar, se volcó ese dinero a la compra de insumos.
Cambio de tendencia
En el caso del ciclo 2022/23, que está por comenzar, el panorama es completamente distinto: de movida hay varios factores que están impactando en el precio de los granos. El especialista destacó los siguientes:
- El mercado de Chicago llegó a cotizar en U$S 650 para la soja: en términos nominales fue el máximo desde 2012. Sin embargo, la alta inflación en Estados Unidos (superó el 7% anual) impacta sobre este valor, por lo que la cotización de mercado debería llegar a los U$S 800 para estar en su máximo.
- La sequía hizo que se perdieran muchas toneladas, y también en países de la región como el sur de Brasil y Paraguay. Esa falta de mercadería impactó en los precios desde diciembre hasta hoy.
- El conflicto bélico en el Mar Negro, donde se genera el 80% del aceite de girasol, un tercio de las semillas de ese cultivo, y se exporta el 30% del trigo del mundo. A su vez, Ucrania exporta un 16% del maíz mundial. En este sentido, hay dos factores clave: hay mercadería que está frenada en los puertos de dicho país y, por otro lado, se deberían sembrar maíz y girasol en abril y hay grandes dudas sobre su capacidad de producción. Todo esto agrega un desorden aún mayor sobre precios que ya estaban altos
- La intención de siembra de Estados Unidos podría modificarse por los elevados costos de producción (particularmente en fertilizantes) y el mal clima.
A partir de este panorama, el interrogante que planteó Romano fue: ¿Qué sucede si los precios caen, pero los insumos se mantienen en niveles altos? Su respuesta fue cerrar rentabilidades, ya que el contexto en este momento es sumamente volátil y el riesgo es muy alto. Si bien es temprano, sugirió vender lo necesario para recuperar la inversión en insumos a estos precios.
Tres factores clave
Por su parte, Sebastián Salvaro, cofundador de la consultora AZ Group, abordó tres temas centrales que considera clave para tomar las próximas decisiones: financiamiento, abastecimiento y modelo de empresa.
La idea central de su aporte en el webinar fue muy clara: “Todo lo que compro lo tengo que vender, y todo lo que vendo lo tengo que comprar”.
En esa línea, recordó que los precios que se están viendo hoy en el mercado superan lo esperado hace apenas unos meses atrás y que hay que apresurarse a tomar decisiones. “La campaña 2022/23 es la campaña más riesgosa de los últimos 10 años”, aseguró Salvaro.
Consultado por los asistentes acerca de qué decisiones se pueden tomar en este contexto, argumentó que las decisiones dependen del modelo de empresa que tenga cada productor. Sin embargo, cualquier escenario que se pueda plantear debe contemplar que no se contará con un Gobierno que acompañe con fluidez las gestiones comerciales.
En cuanto a la compra de agroquímicos, la tendencia entre los productores muestra que ya tienen stock, fundamentalmente por las presiones impositivas que tiene Argentina. Cuando se calculen los precios de compra para la campaña que viene, la cuenta no va a dar igual para todos.
Otro factor común que se ve es el miedo por la inflación en dólares que se está viviendo. Una recomendación es inclinarse hacia el financiamiento en pesos, en la medida de lo posible, ya que la tasa de interés es inferior a la devaluación que está sufriendo la moneda argentina.