La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) publicó su informe actualizado sobre cómo se conforman los precios del pan, la leche y la carne, en el que vuelve a quedar en claro que los granos tienen una incidencia baja en el valor que pagan los consumidores por esos alimentos.
De acuerdo con FADA, “un mito a derribar” es el que afirma que los granos tienen la “culpa” de la inflación. Por el contrario, el maíz solo representa el 11% del valor de la carne vacuna (16% en el cerdo y 23% en el pollo); mientras que apenas incide en el 6% del precio final de la leche. Del mismo modo, el trigo solo explica 13% del valor del pan.
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Entre febrero y la primera semana de abril, el trigo aumentó 30%; y el maíz, 10%. Pero según la economista Nicolle Pisani Claro, teniendo en cuenta las incidencias antes mencionadas, “el precio que paga el consumidor por el pan francés, no debería aumentar más del 4% por ‘culpa’ del trigo o, en el caso del maíz, no debería aumentar más del 1,6% la carne porcina, o 2,3% la aviar, 0,6% la leche y 1,1% la bovina”.
De esta manera, “se cae el mito de que el precio lo pone el productor”, insistió.
Intervenciones ineficaces
Bajo este panorama, el economista jefe de FADA, David Miazzo, considera que está claro que “restringir las exportaciones de carne, trigo o maíz, crear un fideicomiso de trigo o subir los derechos de exportación a los granos, son medidas que de ninguna manera reducen la inflación, sólo generan nuevas trabas y menores incentivos a producir”.
¿Algunos datos?
🔸 1 de cada 4 pesos son impuestos.
🔸 El pan se multiplica por 7, desde el campo a la panadería.
🔸 La leche se triplica.
🔸 En la carne, más del 60% son costos y 28% impuestos.
🔸 Los granos sólo inciden en un 13% en promedio. pic.twitter.com/4O0Bajqq5S— Fundación FADA (@FundacionFada) April 11, 2022
“En el largo plazo, lo único que asegura que la carne, la leche o el pan sean baratos es más producción. Por este motivo, lo que en realidad hay que hacer es incentivar la producción, abriendo mercados, generando previsibilidad, bajando la carga tributaria. Y en el proceso se genera lo que realmente necesitamos: más trabajo y más dólares”, enfatizó.
Mochila impositiva
De todos modos, una política estatal más efectiva podría ser también reducir el peso impositivo: en general, uno de cada cuatro pesos que se pagan por los alimentos básicos, se los lleva el Estado.
En la carne de vaca es donde la mochila impositiva es más alta: 28%, más del doble de lo que impacta el maíz. En el pan francés, en tanto, el 23% son impuestos, 10 puntos porcentuales más que el trigo. En el sachet de leche, la incidencia fiscal es del 26%.
Producto por producto
Leche. El trabajo arroja que, en el precio del sachet de leche entera, el tambo representa el 35%, la industria el 32%, el comercio 7%, y los impuestos el 26%. “Para decirlo de otra forma, en promedio el sachet tuvo un precio de $ 106,5 en marzo, de los cuales $ 28 son impuestos”, ejemplificó Natalia Ariño, economista de FADA. El maíz constituye el 18% del precio de la leche cruda (tambo) y el 6% del sachet.
Otro análisis es que el 86% son costos de producción, 26% impuestos y -12% pérdida de la cadena. De los impuestos que paga la cadena, 78% son nacionales, 18% provinciales y 4% municipales. El IVA representa el 67% de todos los impuestos.
Pan. Del total que paga el consumidor por kilo de pan francés, el trigo representa 13%, el molino 4%, la panadería 60% y los impuestos 23%. “Del campo a nuestra mesa el precio del trigo se multiplica por 7,5. Si el consumidor pagó en promedio $ 202,5 el kilo de pan, $ 47 correspondieron a la carga tributaria”, mencionó Arino.
En esta cadena, el 63% son costos, el 23% impuestos y el 14% ganancias. De los impuestos, el 77% son nacionales, 20% provinciales y 3% municipales. Impuesto a las ganancias e IVA concentran el 70%.
El salto que se da en la panadería se debe a que en ese eslabón se combinan dos procesos: producción y comercialización. Tiene un uso intensivo de mano de obra, costos de servicios y costos de alquiler. Adicionalmente, las escalas de producción a lo largo de las cadenas son distintas, mientras el trigo y harina se realizan a gran escala, en la panadería se da de una forma más artesanal, por lo que los costos unitarios son mayores.
Carne vacuna. Aquí la incidencia está más repartida: la cría representa el 28%, el feedlot 29%, el frigorífico 5%, la carnicería el 10% y los impuestos el 28%. El maíz representa 11% del precio del kilo de carne al mostrador.
La carga impositiva significa el 28%, el 60% son costos de la cadena y 11% ganancias. De esos impuestos, el 75% son nacionales, 19% provinciales y el 6% municipales. El impuesto a las ganancias y el IVA, son los de mayor participación, que en conjunto representan el 65% de los impuestos totales.